La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
636 LA VERDAD DESNUDA "Nuestro Señor guarde a Vuestra Señoría muchos años.-Cuz– co y Julio 22 de 1780.- Besa la mano de Vuestra Señoría su más atento rendido servidor.-Antonio de Aniaga.- Señor Visitador General Don José Antonio de Areche." Apéndice X "Excelentísimo Señor.-Muy Señor mío de mi mayor venera– ción.-Empeñado por mi solicitud Pastoral a favor de las iglesias pa– rroquiales de esta Diócesis, me ví en la precisión de librar algunas provincias circulares, dirigidas a los Curas a fin de que me instruye– sen éstos el estado en que se hallaban las fábricas y posesiones; con otros puntos imprescindibles de la obligación en que se hallan los párrocos con respecto a los templos de sus cargos, y al buen gobierno espiritual de sus feligreses, cuyos padrones mandé también que se me previniesen; siendo esta diligencia muy conveniente aun para satisfacer a las reales órdenes que Su Majestad ha expedido, a fin de que los Corregidores auxiliados de los Curas puntualicen el nú– mero de · vecinos que tenga cada pueblo." "Este auto que dirigí a la Diócesis, antes de haber entrado en ella, fué obedecido, como debía serlo, por todos los Curas, así de aquellos que pude visitar de tránsito para esta Capital como de los restantes, cuyas Doctrinas todavía no he reconocido por el corto tiem– po de mi residencia en esta Ciudad, cuya Catedral, parroquiales, mo– nasterios y hospitales me tienen ocupado en visita, adecuando mis fuerzas a las fatigas que cuesta un acto tan laborioso, y que no se ha– bía repetido desde muchos años antes de mi promoción." "Sólo el Doctor Don Justo Martínez, Cura de la Doctrina de Yau– .ri, en la Provincia de Tinta, ha procedido contumaz en resistir la im– portante disposición que tengo expresada; y aunque en mi Superio– ridad Ec;lesiástica residen facultades para haberlo ejecutado con apre– mios correspondientes a su escandalosa inobediencia, consultando mi genio propenso a la conmiseración y lenidad, le prorrogué los plazos que pidió para exhibir ante mis comisionados los Libros Parroquiales que documentan las partidas de matrimonios, entierros y bautismos, y con mayor tenacidad se negó a dar el de fábrica, porque no lo te– nía, y los padrones tan necesarios para doctrinar a los indios, y hacer que cumplan los preceptos de la Iglesia." "Ninguno de los medios que me sugerían a la caridad y la pru– dencia, fué bastante para estimular a este eclesiástico, a quien aper-
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