La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

658 OFICIO DE VISITA me núm. 416; pero áun así me quedó siempre el escrúpulo de que el tribunal necesitaba otra reforma más substancial en los conta– dores ordenadores que por reglamento de mi antecesor se habian puesto, y yo consideraba inútiles cuando las cuentas deben venir ordenadas, y si no lo vienen, pagar los culpados este trabajo á las mismas manos que estando ya dotadas por el Rey, sólo servian aquel destino. Por no proceder con ligereza, fuí reservando esta observacion, y adelantándola con la experiencia de los trabajos que mensualmen– te se vencen en el tribunal para cada uno de sus individuos, segun la razon que de esta y demas .oficinas he dispuesto se me pase para estar atento sobre todas; y convencido por este principio, y el infor– me del mismo tribunal, de las inutilidades de los cinco contadores ordenadores, y falta que por otra parte hacian algunos de resultas, resolví la extension de aquéllos, subrogando en su lugar tres de los últimos, y haciendo otras variaciones, que al mismo tiempo que ce– den en beneficio del Erario, han puesto al tribunal en su último arre– glo y expedicion, á lo ménos miéntras llega la nueva planta que, se– gun lo insinúa la Real ordenanza de intendencias, ha resuelto S. M. darle; y como hoy remito á V. E. con el núm. 564 el testimonio de esta providencia y sus antecedentes, bastará insinuarla aquí para completar las que como visitador y superintendente he dado en el tribunal, dejándolo ya arreglado, y cumplido por mi parte el encar– go que á e~te fi.n me hizo al artículo 39 de las instrucciones de visita. Dase razon de la sala de ordenanzas, en desempeño del artkulo de la instruccion de visita.-La sala de ordenanzas, de que habla el art. 49 de la misma instruccion, entró tambien á la parte en mis cuidados; pero cuando babia empezado á promoverlos y tenía ya formado expediente con razon de los asuntos de justicia que allí estaban atrasados, me llegó la Real órden de 29 de Octubre de 28, en que se declara al Virey la facultad de nombrar los ministros que la deben componer y pasándome aquel jefe oficio, dejé en sus manos este punto, sin que jamas se me volviese á hablar de él; pero á costa de mis fatigas tuvieron en mi tribunal curso y pronto fene– cimiento muchas de las causas, que por lo mismo retuve, y en dicha sala se hubieran hecho interminables. Hoy corre ya unida á la junta superior, y como ésta se celebra cadá semana, y mandé traer á ella lista de todos los asuntos atra– sados de la sala de ordenanzas, y se han despachado, y evacuan en un mes más que ántes en un año, teniendo yo la satisfaccion de que

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