La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

660 OFICIO DE VISITA repetidamente el estado de sus labores, diputando algunas veces contadores del tribunal para que las reconozcan y examinen en el método con que se llevan, y la proporcion con que se reparten en– tre los subalternos. Ya dije arriba que mi antecesor, cuando formó su reglamento, distrajo algunos contadores de resultas á otras comisiones, y una de ellas fué la de la caja Real, que tocó á D. Diego Francisco de la Vega, y es innegable que su notoria habilidad, aplicacion, cons– tancia é inteligencia mantuvieron expedito y ordenado el despa– cho de la caja, y llegué á esperar que el buen método establecido por este ministro bastaba para que imitándolo el oficial mayor an– tiguo de la caja, continuase ésta bien servida, aún restituido Vega á su plaza de contador de resultas, adonde volvió en efecto para que el tribunal no careciese de su mano, cuando la otra oficina po– dría seguirse sin él. Pero sucesivamente fuí notando que las cajas iban contrayendo grandes atrasos en su despacho y giro; que los libros no andaban con el dia; que los ministros principales agotaban su atencion y su vista sobre la caja del Tesoro, sin extenderla á metodizar y facilitar las tareas de los subalternos; y entregados al oficial mayor por una especie de hábito, con que muchos tiempos ántes se habían acomo– dado con su genio y manejo, él repartía, movía ó dormía los docu– mentos y papeles, distribuyendo sin discrecion, embarazando mu– chas manos en negocios leves, y sin proporcionar los más ágiles em– pleados y de mayor talento con las atenciones que exigen prolijidad, combinacion y celeridad. Los mismos ministros principales no pudieron ménos de conocer que su oficina giraba con mucho entorpecimiento, y como ella re– une en sí el caracter de tesorería general de ejército figuraban en el ramo de guerra la fuente de los embarazos que resentía la ad– ministracion de cuenta del propio ramo, y de los <lemas que tienen entrada y salida en esta caja matriz. Por fin, llegaron á proponerme, en principio de este año, division de tesorería y otros proyectos mal combinados y nada necesarios para corregir el vicio del giro de la oficina, el atraso de los asun– tos de sus libros, el de la ordenacion de las cuentas y el de todos los demas estados y razones que las cajas deben suministrar; y como todo esto se dejaba observar, sin embargo del reglamento que mi an– tecesor expidió para estas cajas, me precisó esta experiencia á con-

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