La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
OFICIO DE VISITA 667 da de Guancavelica necesita seguir el modelo de la que reconoce– mos en el Almaden y el de cumplir la Real órden de 20 de Mayo de 1776, dispuse que las cajas de Guancavelica se convirtiesen en una contaduría que llevase la cuenta del azogue que se saca y pone en los almacenes, y de los caudales que para su extraccion se consu– men en la mina, de modo que lleva tambien la misma oficina el car– go de tesorería de estos caudales, y por lo propio cuidé de que el minero principal sufriese la intervencion que le lleva el oficial ma– yor, uniendo á este empleo aquel cargo, como arbitrio el más prác– tico para conformar y examinar la exactitud de la cuenta sin mul– tiplicar empleados, y aunque en los partidos de la intendencia de Guancavelica hay tambien otros ramos de Real hacienda á que de– be atender el celo de aquel gobernador intendente, quedó preveni– do el modo de ejecutarlo, por el reglamento é instruccion que con el núm. 374 habrá ya V. E. recibido, y su conexion con los de las cajas de Guamanga hará ver la armonía que entre sí tienen, y el esmero con que yo procuré salvar todos los reparos que la inmedia– cion y mutua correspondencia de aquellas oficinas podrian ofrecer. Cajas Reales de Trujillo, su actual estado y arreglo, con la repa· racion del ramo de alcabala.-Réstame solo tratar de las oficinas del obispado de Trujillo, en el cual ántes hubo la caja de aquella ca– pital con dos ministros, y la de la ciudad de San Miguel de Piura, que llevaba las atenciones del puerto de Paita, asistiendo allí por turno un ministro; pero el año de 82 ya hallé la última caja extin– guida por mi antecesor, y erigidas en su lugar la administracion de alcabalas en Piura, con la separada de tabacos y la unida de am– bas rentas en Paita, dividiéndose los otros ramos de tributos, ofi– cios vendibles y demás traer á la caja de Trujillo, lo que desde lué– go me pareció bien dispuesto, y por lo mismo no he pensado variar, ni innovar en este plan, retocando solamente lo que he considera– do oportuno para la mejor forma de dichas administraciones. Ha sido para esto la caja de Trujillo la que en la serie de ofici– nas de esta clase ha contraído mis consideraciones en aquel obis– pado, y en ella, en cuanto á sus ministros principales y dotacion que deban gozar, nada he innovado, porque ya hallé promovido al empleo de contador al tesorero de Tauca; y para la otra plaza te– nía S. M. provisto al que hoy la sirve, y se babia detenido sirvien– do la contaduría de esta aduana, y así en estos dos empleos la úni– ca variacion que tengo hecha es cambiarlos entre los sujetos, esto es, encargar el ministerio de contador al que iba de tesorero, y vi– ce-versa, llevando en esto la mira de poner en la contaduría al que
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