La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

ÜFICIO DE VISITA 675 En efecto, luégo que llegó el nuevo comandante, y recibí la instruccion del de Cádiz á que debia acomodar la que aquí le die– se, trabajé en 112 artículos la que pasé á V. E. con el número 379, lo proveí de botes ó embarcaciones menores, y he dado incesante– mente á consulta de aquel celoso ministro otras providéncias, de que tambien he informado á V. E. con los números 509 y 527, y la experiencia está acreditando las ventajas que se logran, y que si ántes entraban y salían los navíos del libre comercio, sin 'que nadie estuviese al cuidado de los fraudes que por lo comun se encubren en los primeros momentos del arribo, ó en los últimos de su par– tida, ya hoy les es difícil uno y otro, y no se omite precaucion ni diligencia para desterrar el contrabando, y aunque por lo mismo, y mucho más por la emulacion del administrador de la aduana, que no supo con gusto las facultades del comandante, ni el que el res– guardo esté independientemente de las suyas, han sobrevenido dispu– tas y quejas; á todas he ocurrido, y me reservo pará instruir á V. E. de ellas con documentos, luégo que estén concluidos los que debo acompañar. Con igual teson llevé mis providencias á las oficinas de fuera de esta capital, y conociendo lo que el Rey perdía en que los oficia– les Reales cuidasen de un ramo que les era imposible atender con la escrupulosidad que pide la multitud de partidas que forman su vasto giro, fué todo mi conato erigir oficinas en que se recaude con separacion de aquellos ministros, y en estta clase merece el primer lugar la aduana de Arequipa por los accidentes funestos con que, fundada el año de 80, se extinguió á los primeros movimientos de reino que podían presaguiar algun mal suceso en su restablecimiento; pero aunque las circunstancias eran tan críticas, yo lo emprendí, y los medios políticos que empleé, no sólo lo consiguieron, sino que tambien hicieron aquellos habitantes dar muestras de subordinacion, respeto y amor al Rey, en cuyo testimonio dispuse sus ánimos, para que ellos mismos solicitáran la nueva dispuse sus ánimos, para que ellos mismos solicitáran la nueva oficina, segun habrá visto V. E. por mi informe núm. 259 y otros posteriores, y siendo ésta una em– presa que pondré siempre entre las más difíciles de mis comisiones, tengo el gusto de que continúe con general aceptacion, y de que, sin embargo de l~ condescendencias prudentes que por lo mismo han sido indispensables, sean ya visibles los aumentos que el ramo tiene en sus valores. En el mismo obispado de Arequipa habia en Moquegua una receptoría de alcabalas, pero sujeta y dependiente de los oficiales

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