La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

684 OFICIO DE VISITA dejado de cumplirse puntualmente para que en todas partes haya almacenes surtidos, como lo han estado los de las administraciones y sus respectivos estanquillos subalternos, y por estos medios, si el ramo no hubiese tenido aumentos en los tiempos de mi cargo, tam– poco se notarán rebajas que puedan proceder de falta de providen– cias oportunas, pues estoy satisfecho de haberlas expedido, no sólo en los artículos fundamentales de su giro, que es el abasto y su re– partimiento, sino en las otras partes integrantes de la economía, de que haria á V. E. ahora una prolija menuda relacion, si no le tu– viera anticipados los dos citados informes con otros muchos avisos de cuanto en esta materia he resuelto, despues de reconocidos per– sonalmente y por mí mismo los centenares de expedientes que hallé formados por lo respectivo á este ramo. Sus administraciones están puestas en toda la extension de es– te vireinato, y las factorías de cosecha tambien congruamente es– tablecidas y dotadas en Chachapoyas, que son los únicos lugares de cosecha; los registrados están igualmente establecidos en toda la renta, y muy particularmente en las expresadas factorías y en la provincia de Piura y pueblo de Sucmalla, como línea divisoria de este vireinato y el de Santa Fe, para evitar los contrabandos que de allí solo proceden en las introducciones de tabaco de Jaen de Bracamoros, donde, como territorio ajeno de este mando, no alcan– za su autoridad para impedir los plantíos y cosechas, siendo difícil que tambien los reprima y evite la distante autoridad del Presiden– te de Quito, con cuyas consideraciones tampoco he omitido el pro– poner á S. M. la conveniencia que resultaba de agregar la provin– cia de Jaen á la intedencia de Trujillo, dejándola comprendida en este virreinato y separada del de Santa Fe y de la intendencia de Quito. ;Lo que parecerá que resta en este ramo á la formacion de sus ordenanzas generales y municipales; pero distintas veces he resuel– to este pensamiento en mis meditaciones para que nada faltase al cumplimiento de los justos encargos de S. M. , y me he convencido de que todo este trabajo es ocioso en este reino, cuando el incom– parable celo de V. E. las ha dictado tan exactas y justas para el vireinato de Méjico y el de Buenos-Aires, y mediante ellas, única– mente en la particular de siembras y la economía de la fábrica de cigarros pudiera prevenirse algo distinto de lo que se observa en V. E . Y como en estos dos artículos de fábrica y siembra tengo hechos á la Direccion bien prolijos encargos, no creo que resta en esta par– te sino el dar un ligero exámen á las ordenanzas de Méjico, para

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