La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

ÜFICIO DE VISITA 689 así como en otros lo he hecho de las pensiones que no sufren las vacantes de una y otra especie, y he cuidado tambien del cobro de lo perteneciente á la Real órden de Cárlos III, en que sólo está ya descubierto el cabildo de esta capital, y con mis diligen– cias acabo de hacer sufrir notablemente los remates de diezmos, y por último, se está ya en la junta superior tratando del arreglo de este ramo con reconocimiento de los antiguos autos y pretensio– nes del cabildo de esta iglesia metropolitana, y aunque se retarda el negocio por las dilaciones que son inesperables de los que se despachan por tribunales y se ventilan con cuerpos ó comunida– des de esta clase, daré cuenta á V. E. de las resultas, para que la declaracion de S. M. en muchas dudas que la necesitan para el mejor arreglo de estos ramos, sirva de regla á la superintendencia de Real Hacienda y junta superior, que sin auxilio de la visita general pueden ahora obrar lo que á ésta sola no hubiera sido dable. Ramo de tributos, y puntual cumplimiento que en él han tenido las prevenciones del art. 32 de la Instruccion de visita.-Más feliz ha sido aquella comision en el importante arreglo del ramo de tri– butos, en que puedo asegurar está perfectamente cumplido cuanto recomienda el art. 32 de la Instruccion de visita, no obstante to– das las dificultades que me ofrecia el estado en que hallé este ra– mo, pues aunque mi antecesor trabajó en él con bastante medita– cion, planteó la contaduría que á ejemplo de la de Méjico ejerce sus funciones, y dejó una instruccion para las revisitas y su apro– bacion, todo esto ni pudo quedar tan completo que no necesitase las adiciones que la experiencia dictó oportunas, ni las pocas re– visitas que se habian practicado estaban libres de contradicciones ó dudas, que llegaban al extremo de atribuírseles algun influjo, ha– bian empeorado el ramo y hecho más difícil y arriesgada la actua– cion de matrículas con que únicamente podia ocurrirse á su remedio. Todo ofrecia dificultades y lo hallé en el más doloroso trastorno cuando tomé á mi cargo la visita, porque lo primero que se me pre– sentó fué el indulto de un año de tributos concedido por el Virey, como medio que se creyó conveniente para la pacificacion, y de sus resultas se originaron con mi antecesor las críticas disputas que fueron los ruidosos autos que V. E. ha visto, y con ellos se habia entorpecido la cobranza áun de lo que no debia comprenderse en aquella gracia, de modo que hasta el primer semestre del año de 83 se hallaba el ramo descubierto en la prodigiosa suma de 820.180 pesos 7 rs. y 10 gramos, y por eso dediqué desde luego mis cona– tos á cortar este enredo, y lo conseguí en los términos que avisé á

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