La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

REPRESENTACION DE LA CIUDAD _DEL CUZCO 35 porque les han hecho pagar derechos dobles por los cuerpos mayo– res y menores con acciones de la mayor crueldad. 83. Muy comunes son estos sucesos, y más en los pueblos Y pro– vincias de serranía, en que se han visto casos notables motivados de este desórden, de cuya relacion se pudieran hacer volúmenes, Y ser– virán de ejemplo algunos modernos que se tienen á la mano. 84. En el pueblo de Xirca, de la provincia de Aymaraes, trata– ron de casar á un indio de más de 20 años, y preguntándole el cura su nombre, respondió que se llamaba Iguarizo, que significa pas– tor de yeguas, se le hicieron várias preguntas para saber su orígen y dónde habia vivido, y se calificó no estar bautizado, porque sus padres le ocultaron del sacristan, por no pagar los derechos del ·bau– tismo; se le halló sin la menor luz de doctrina, y es probable esta– rán como él otros muchos por igual motivo. 85. En el pueblo de Yaurisique, de la provincia de Chitques, muy cercana al Cuzco, advirtieron dos personas europeas que un indio, mozo de unos 14 años, ignoraba la doctrina cristiana, y en pensando á catequizarle en ella, descubrieron no estar bautizado por no haber pagado sus padres los derechos; avisaron al cura, quien le instruyó y bautizó, y a poco rato de ser cristiano, falleció con notable gozo de los que fueron movidos á su educación y felicidad. 86. Por un vecino del Cuzco á una hacienda de la provincia de Abancay, en jurisdiccion del pueblo de Guanipaca, donde hay ó ha– bia destinado el cura á un hombre mestizo para que apuntase los que nacian y morian, y conviniéndose éste con la gente en hacer los oficios de cura, los bautizaba; preguntándole la forma de ha– cerlo, respondió que les echaba el agua en el nombre de la Santísi– ma Trinidad, y también le avisó el cura para que bautizase á más de 20 criaturas que omitían sus padres llevarlas por carecer de los derechos que les llevaban. 87. Igual práctica halló en otro pueblo anejo de Challababa, en provincia de Paucartambo, un vecino del Cuzco, donde, movido de curiosidad, preguntó á los indios habitantes si sabian rezar la doctrina cristiana, y le respondieron que allí iba su cur a una vez al año, por estar catorce leguas de su pueblo donde vive, y que en'"! tonces los examinaba; pero que tenían un indio buen doctrinero que les enseñaba y bautizaba á sus hijos y los enterraba cuando mo– rian, y habiéndole hecho llamar, le examinó en la materia y forma del bautismo, a que respondió que sólo rezaba el credo y les echaba agua, y cobraba los derechos para dárselos á su cura, y lo mismo

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