La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
ÜFICIO DE VISITA 695 á Méjico despues de otros cuatro mil quintales que ya habian ido, y en la decadencia de Guancavelica, dejaron este reino en mil con– gojas, por lo que me vi obligado á tomar la resolucion de alterar– le el precio, como informé á V. E. con el núm. 21, y á esta resolu– cion, que con dolor tomé por la insignificante pérdida que el Rey sufria, se siguieron todas las angustias que V. E. sab~ he padecido en estos años, en que sólo á esfuerzos de mi vigilancia en regular las provisiones han podido tenerla á su debido tiempo los minera– les, sin que ninguno haya sentido el fatal golpe que las amenazaba de parar su trabajo por la falta de este magistral. Ya que no podía franquear á este gremio los auxilios que de– seaba en caudales y azogues, le he facilitado otros menores, como en el arreglo de las fundiciones de barras, en que ocurrí al desór– den y gravámen con que los fundidores y ensayadores pensionaban á los mineros, tanto en la exaccion de los derechos como en el pe– so de las barras, para aumentar con el número de ellas la repeticion de aquéllos, y para remediar uno y otro, fijé la cuota al número de marcos para que se cobren por ellos, y no por barra~, con lo que concilié la necesidad de que éstas no sean de un tamaño excesivo para la fundicion de las casas de moneda, y cerré la puerta á aquel codicioso arbitrio que por el mismo principio se había introduci– do, y mandé hacer experiencias en Trujillo y Paseo, donde se está depositando lo que los mineros contribuyen por esta razon, para que sirva de regla en la incorporacion de los oficios de esta clase, que la Instruccion de intendencias previene, y he empezado á ve– rificar con la confianza de que será éste el remedio más seguro contra aquellos males. Tambien he promovido con empeño á cuantos se han presenta– do con alguna propuesta útil para la minería, y dí desde luégo de es– to un público testimonio y ejemplo en el aprecio con que franqueé mi propia casa para la colocacion de una máquina que acertó a co– piar ó inventar un particular, á quien he premiado con el privile– gio exclusivo que solicitaba, porque nada se pierde en concederlo si la invencion es poco útil, y si lo es tanto como se desea, no des– merecía este premio que aliente á otros, y de todos modos, la ex– periencia la ha hecho apreciable en dos minas que lograron por su medio el desagüe, siendo la última en el par ti do de Guaroch:ri, donde el mismo inventor ganó por fin la ventaja de hacerse socio y porcionero en la mina desaguada, cuya extraccion está siendo abundante y muy rica, y anuncia que lo será en breve el inventor, con gozo mio de que el público tenga este útil ejemplo y vea prác-
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