La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

OFICIO DE VISITA 697 de explorar y mejorar la mina de Guancavelica, estando para par– tirse á ella su nuevo jefe, creí forzoso esperar aquella oportunidad como la más propia para el reconocimiento, por el que indispensa– blemente había de practicarse en la prolija entrega de la mina, y por eso, en los meses que corrieron de Abril á Octubre del año pasado, no pensé ni me moví á trasar los otros puntos de la mi– nería de oro y plata; pero luégo que vi desvanecida esta idea por la excusa de Coquet, que el Virey sostuvo, en pasar á Guancave– lica, volví á aquella parte todos mis conatos, y le encargué que, teniendo á la vista la citada Real ordenanza de Méjico, me propu– siera los medios de ejecutarla con todos los <lemas que su instruc– cion le dictase para el logro de una empresa que deseaba por mo– mentos ver á los ménos principiada Cumplió aquel hábil profesor mi encargo, y sin demora trabajé los prolijos informes que V. E. habia ya recibido con el núm. 520, y como el exámen de aquellos documentos ha de dar las noticias que sólo por una molesta repeticion podria yo extender aquí, aña– diré las que han sido posteriores, pues aunque no es todavía tiem– po de que pueda verse el fruto de las fatigas de Coquet, Urquizu y demas que les acompañan, no obstante se han alcanzado ventajo– sos descubrimientos, que desde el primer paso están anunciando su importancia. El primero ha sido el reconocimiento y ensaye de muchas y ri– cas minas del partido de Guarochiri que por fundicion han multi– plicado prodigiosamente su ley, el segundo, áun más interesante, es el de una mina abundante de carbon de piedra que en el cerro de Chuechopuquio, propia del mismo partido, se ha hallado y probado, con excelente calidad para las fundiciones de metales, que de otro modo serian impractibles por la falta de leña, tan general en este país por la aridez de su cordillera, y este feliz hallazgo se ha au– mentado con el de otras tres minas de la misma especie, que pos– teriormente se han descubierto en el partido de Tarma, donde aho– ra se hallan aquellos comisionados. En este mismo tambien se ha reconocido otra rica mina de co– balto, y otras tres de azogue, cuyas muestras me han remit:do, y estoy esperando las cantidades necesarias para ensayes por mayor y otras noticias que he pedido y ofrecen dichos comisionados, y se– gun ellas, promoveré el trabajo en los términos que parezca más se· guro, y por último, en Guarochiri se han hecho ya matrículas de mineros y nombramientos de diputados, que, aunque imperfecta

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