La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
ÜFICIO DE VISITA 701 vo que impidió las actuaciones de visita en el vireinato de Buenos Aires; pero como quedó exceptuada la de Potosí, y yo había mere– cido á S. M. la confianza de elegirme para ella, aunque tengo dada individual razón de su conclusion y felices progresos, volveré aquí á recordar muy sucintamente, para llenar los artículos de la Ins– truccion, de donde dimanó mi subdelegacion en aquella villa, que con justicia se recomienda en el 37 por su situacion y riqueza, co– mo el centro y cor azon del reino que verifica todo su vasto cuer– po, y siendo constante de infinidad de procesos ruidosos que moti– varon mi comision, que aquél era el teatro de las discordias, enre– dos, confusion y desórdenes cuando fuí á hacerme cargo de su go– bierno, creo me hará V. E. la justicia de conocer cuanto he trabaja– do para ponerlo en el ventajoso estado que lo entregué á mi sucesor. Artícu lo 40 de la Instruccion, arreglo de las cajas de Potosí, crea– cion y aumentos de su aduana.-Las cajas Reales, por donde empie– za el art. 40 de la Instruccion, son las que ménos me dieron que ha– cer, porque, en realidad, estaban ya en un regular órden por la vi– sita anterior, que se concluyó en el año 71, con separacion de las ca– jas de Cochabamba y la Plata, y remision de las cuentas al tribu– nal de Lima; pero, no obstante, había quedado pendiente el inex– plicable laberinto de las deudas que se suponían con la casa de Mo– neda, y logré esclarecerlo y cortarlo á los primeros meses, con lo que se quitó aquel escandaloso tropiezo, que por mala explicacion en las relaciones de deudas habia ocasionado tan repetidas Reales órdenes. Las cuentas de dicha oficina desde el año de 71 se liquidaron en el modo que permitió la falta de documentos por hallarse remi– tidos al tribunal de aquellos años; y de esta diligencia, y la del cór– te y balance que tambien ejecuté, no resultaron cargos, pero sí tu– ve que reformar gastos y empleados, suprimiendo dos oficiales plu– marios y otros dos cobradores que, con el nombre de soldados de la guardia del Virey, gravaban inútilmente al Erario, y la gratifica– cion de 464 pesos que del mismo se pagaba, sin otro título, para re– partirla entre todos por Navidad, á más de otros 1.500 pesos que tam– bien se cobraban por gastos de la oficina. Visité los oficios de ensayador y fundidor de aquella casa; arre– glé sus derechos; y no habiendo en mí facultad para variar los arren– damientos que ya corrían de los tributos de indios, yanaconas y crio– llos de la villa, propuse los medios de aumentar sus valores, y de– jé éstos en 11.300 pesos anuales.
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