La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
710 ÜFICIO DE VISITA feccion y feliz éxito, tengo el gusto de que ninguno esté más cum– plidamente verificado para ello. Con reconocimiento de la nueva ordenanza de Buenos Aires que S. M. se dignó confiarme reserva– damente, á este fin anticipé el año de 83 el largo informe que hice con el núm. 71, y no tengo por qué arrepentirme de cuanto allí dije, porque así lo he visto acreditado con los sucesos, y cuento por el más glorioso haber sido el ejecutor de esta grande obra, que V. E. ha visto menudamente detallada en mi informe núm. 306, por lo que no repetiré ahora las reflexiones con que procedí á verificarla, y vencer cuantos obstáculos podían ofrecerse en la novedad de un sistema que tanto variaba el antiguo. Todo se ha hecho con felicidad, aceptacion pública y sin confu– sion, áun en las oficinas que por necesidad han sufrido las altera– ciones consiguientes á su nuevo régimen; y como los informes y documentos que en 20 de Noviembre del año pasado dirigí á V .E. habrán dado á su viva penetracion la más completa idea del arre– glo que se ha entablado, de los ahorros que he procurado y de las penosas fatigas que todo me ha costado, sólo recomendaré el núm. 368 con que iban las advertencias que hice á los intendentes se– gun el práctico conocimiento de sus provincias, oficinas y nego– cios que habían de manejar, y siendo éste un trabajo que volun– tariamente abracé, por no omitir alguno en desempeño de las pia– dosas intenciones del Rey y grandes ideas de V. E., confio no des– merezca su Real agrado y superior aprobacion, á vista de la feli– cidad con que el nuevo plan de gobierno va caminando y queda ya asegurado para lo sucesivo. Concluye la Instruccion con los artículos 50 y 51, y se da razon del cumplimiento que ambos han tenido.-Los dos últimos artícu– los de la Instruccion de visita son el 50 y 51, y en cuanto á la ex– tension del contrabando de que aquél trata, me remito á lo que hablando de la renta de alcabalas y su resguardo dejo ántes dicho, y por lo que hace al último en que se encarga la buena armonía con el Virey y demas ministros y tribunales, V .E. sabe con cuanto esfuerzo la he procurado y mantenido, y que si cuando llegué á esta ciudad todo era discordias, competencias y disgustos, no los ha habido despues, ni se ha visto en esa córte ó esta capital algun informe ó papel mio que los motive ó anuncie, porque todos los he ahogado en mi constante sufrimiento, y sin perdonar atencio– nes y excesos de moderacion y política, he llevado con resignacion los desaires que no han faltado hasta el momento mismo de con– cluir la comision, y haré lo propio con los que quizás me ocasione
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