La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
712 ÜFICIO DE VISITA sirviendo de primer cargo en las cuentas sucesivas, se rindiesen anualmente en el tribunal, tomando para las anteriores córte ó tem– peramento que permitía su confusion, y quedan ya hechos los in– ventarios, presentada la cuenta de la sala de armas, y acabando de formarse la de los almacenes, con lo que están remediados los per– juicios que el Erario ha sufrido, y asegurado un manejo que no ·es de poca consideracion, con las providencias que á este fin he da– do, y á V. E. remitido con el núm. 118 y 339. ' Papel sellado unido al estanco de tabacos, y reglamento que se está formando, con otras providencias que han aumentado sus valo– res.-Entre los ramos estancados no puse el papel sellado y breas, porque ignorando la Instruccion, á lo ménos el segundo, no pude hablar de ellos; pero yo daré razon del cuidado que ambos me han debido, y el primero diré que corre unido, como los demas que he dicho, á la direccion de tabacos, y aunque ya hallé tomada esta pro– videncia cuando vine á estas comisiones, no he omitido cuidados para su arreglado manejo, y á más de mis continuadas providen– cias para que los estanquillos y administraciones estén completa– mente surtidas en todas partes, estoy trabajándole las ordenanzas é instrucciones, para que se tengan cumplidas y estén manuales las reglas fijas de este ramo, y con ellas se evite el que su giro y pro– greso tengan atrasos ó se perturben, y veo ya que los consumos se aumentan , y no bajarán en adelante cuando los subdelegados de los partidos no vivan tan descuidados de lo instrumental y judicial, como vivieron los extinguidos corregidores. Estanco de breas unido tambien al de los otros ramos, y medios que se han tomado para su subsi tencia y conciliarlo con los inte– reses del erario de Quito.-Las breas se han estancado por providen– cias que la hallé dadas por mi antecesor, y se originaron unas djspu– tas y pretensiones que movieron, tanto el interesado que tenía en arrendamiento la mina de la punta de Santa Elena como el gobier– no de Quito, en cuya jurisdiccion está; pero aunque en el pronto se cortaron todas, y verificó el estanco con la existencia que en esta capital se halló y recogió de aquella especie, no se dió regla para lo sucesivo, y así, ni el regente de Quito dejó de reclamar el interes de su erario, ni el estanco del Perú aseguró sus abastos, y siendo sólo suficientes para cinco años los acopiados, había de inutilizar– se al cabo de dicho tiempo, si ántes no buscaba nuevos repuestos y vencía la oposicion que para hallarlos se presentaba de parte del erario de Quito por la mayor abundancia y preferencia de su mina de la Punta á la de Amotape, propia de nuestro vireinato, y á este
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