La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

718 OFICIO DE VISITA den necesitar en algo de remedio, la soberana autoridad del Rey, en la eleccion que haga para sus plazas, sabrá dárselo más eficaz y se– guro que cuantas providencias de visita podrian aquí dictarse, y yo he reducido á estos informes, y el ejemplo que si no me engaño he dado de la rectitud, imparcialidad y desinteres con que debemos go– bernarnos. Este es el desempeño y fruto que ha tenido la visita general, que unida á la superintendencia de Real hacienda, se dignó su Ma– jestad confiarme, y no creo se tendrá por inútil, áun en la censura de los que siempre han mirado con desagrado estas comisiones, que por extraordinarias juzgan á riesgos y novedades; lo demas que falte para llevarlo todo á su última perfeccion, es obra del tiempo y celo de los que gobiernen la superintendencia, que sin necesidad de la visita podrán adelantar mucho en el camino que hallan tan trillado, y tambien deberán remediar los yerros que noten, y no me lison– jeo falten; pero todos merecerán disculpa si sobre la debilidad de mi talento se considera que no es dable á un hombre solo remediar los males ya envejecidos en un reino tan extenso y en que es tanta la multitud de objetos y providencias á que se ha extendido mi aten– ción en circunstancias tan críticas, que no tendrán ejemplar igual en muchos siglos. V. E. las sabe todas, y por experiencia propia ha acre– ditado las dificultades , amarguras y trabajos que cuesta una reforma, y aunque yo no ignoro que si en algo he acertado con la de este reino , es debido á sus sábias y contínuas providencias, me glorío de haber sido el ejecutor de todas ellas, para que pueda V. E. añadir á la lista de sus incomparables servicios los que por mi mano ha logrado en esta América, dando cumplidas las justas y piadosas intenciones que harán eterna la memoria de nuestro augusto y amable soberano, á cuyos Reales piés suplico á V. E. ofrezca estos testimonios de la fi– delidad y amor con que le he servido, y si mereciesen su benigno agrado, será ésta mi mayor fortuna, para que al mismo tiempo que logre su soberana aprobacion, tenga tambien la seguridad de que vuecencia quede airoso en la confianza con que me previno habia dignado honrarme, saliendo por garante de mi eleccion á este des– tino, donde juzgo no he desmerecido su alto patrocinio. Dios, etc. Lima y Octub1·e 20 de 1785.-Beso la mano, etc.-Jorge Escobedo.-Excmo. Sr. D. José de Galvez.

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