La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
REPRESENTACION 'DE LA CIUDAD DEL Cuzco 43 cion no se tuvo presente lo mismo que está apuntando en las Orde– nanzas, para que los curas no induzcan á los indios á dejar sus bie– nes para sus entierros, como lo procuran muchos por sus ayudantes y fiscales; y con haberse resuelto que paguen la pompa funeral que pidiesen, se abrió campo á que ya en los curas sea declarada fuerza lo que antes era oculta solicitud, y éstos tan injustos derechos se cobran los curas con la tiranía que se dice, y para ello, sin que haya prudente reconvención que basta á hacer que los alcaldes, caciques y aguaciles estén de posta en sus casas todo el dia hasta muy tarde de la noche, ocupándolos en la cobranza de sus dependencias de ob– venciones y comercios, quebrantando lo dispuesto por V. M., no só~o en tratarlos mal de palabras, sino en darles de palos y azotarlos cuan– do no hacen con prontitud una cosa ó faltan á alguna de las injustas pensiones que les tienen impuestas, sin que sirvan á contenerlos su estado, el rigor de las órdenes y la cédula expedida por el Sr. D. Felipe V., por los palos que le dieron á un cacique de Caxamarca, y éste es Úno de los principales motivos que tienen á los indios sin pundonor y en el mayor sentimiento. 107. Han resultado muchos inconvenientes de no cerrarse la puerta en aquella resolución sobre la pompa funeral, principalmente de los indios tributarios, que la deben tener señalada y fija, por ra– zon de la paga del sínodo, sobre que fué notoria la anticipada pre– vención de un ministro de la Real Audiencia de Lima á los demás compañeros, persuadiéndoles á que sería conveniente que sus pa– rientes empleados en el ministerio de curas tuviesen comodidad en estos destinos, porque no tenían otros que darles y en que acomo– darlos, por cuyo influjo se expidió la providencia acordada, que no fué otra qlJe oponerse á la Real deliberación en perjuicio de los mi– serables indios; y pudieran referirse muchos sucesos acaecidos con este motivo, pero servirá de luz y noticia para comprenderlos, el ar– bitrio que tomó un cura para inducir descubiertamente á la pompa funeral: mandó hacer tres mesas, la una dorada, otra plateada y otra llana, y tres cruces, la primera adornada con terciopelo, la segunda con tafetan y la tercera con badana, é hizo comprender á los indios que los que se enterrasen con la del primer lucimiento eran hon– rados en ésta y la otra vida, y áun ganaban muchas gracias, y la puso un precio y valor excesivo; los de la segunda desmayaban algo, y los de la tercera quedaban afrentados y se reputaban como entie– rros de la caridad, con semejanza á los que mueren ajusticados, y áun á ésta le puso precio, con lo que consiguió que todos los que morían pidiesen, según su posibilidad, la primera ó segunda cruz y mesa, y huyesen de pedir la tercera como afrentosa.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx