La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
50 REPRESENTACION DE LA CIUDAD DEL Cuzco ducen á juntarse todos los indios con sus herramientas y pasar al cultivo de la sementera, composicion de huertas, casas y alfalfa– res que todo se les hace y refacciona de balde, y por consiguiente el recojo de sus mieses. 127. Los que no establecen estas granjerías , les ocupan y dis– tribuyen al tiempo de la doctrina en los mensajes, despachándolos á la capital con la leña, carne, vitualles, que llaman ordúnarios de sus parientes ó personas de su ilícita conexion, siempre de balde, y en mulas de los indios, que llaman de avío, lo que hacen cada ocho dias, teniéndoles dispuestos en que con obligaciones y servicios de– bidos á su cura, lo cual les obliga muchas veces faltar a la doctri– na, para libertarse ~e s~r nombrados. 128. Ocupan al mismo tiempo á las mujeres en destinarlas al servicio de la casa de los curas y sus ayudantes, en crecido núme– ro, con título de mitanis, obligándolas á que les lleven cántaros, ollas y manteca y verduras de balde, para sus cocinas, que junto con lo que les precisan que llevan los indios mitayos, de leña y car– nes, se hallan proveidos con exceso de cuanto necesitan para su ma– nutención y desperdicio, haciendo crecidos perjuicios a estos sir– vientes tanto en lo que les quitan, como en no pagarles su trabajo personal, opuesto todo á lo prevenido en las ordenanzas, y crece mucho más el agravio en llevarlos consigo á la capital cuando va– yan á ella, aunque diste, como sucede, más de 60 leguas, que es muy contínuo, y les detienen en el servicio, en cuyo tiempo desamparan sus casas, y dejan sus tierras y su preciso cultivo. PUNTO OCTAVO.- QUE TRATA DE LOS COMERCIOS QÜE– TIENEN Los· CURAS. 129. No se contentan con las granjerías que tienen de charcas 6 haciendas, que es comun en muchos, sino que se exceden en otros ménos lícitos comercios, comprando m~las y géneros de Castilla y de la tierra, hasta aguardiente, y los reparten entre sus feligreses, del mismo término y modo que lo hacen los corregidores, obligán– doles á recibir lo que les dan, y tambien ejecutan la cobranza con violencia, quitándoles sus frutos, procediendo á ello con prisiones en el bautisterio; y es muy escandaloso ver que hagan cárceles las iglesias, y que al tiempo de lo doctrina sean sus reconvenciones y ajustes, y solicitan sus intereses áun con lo más sagrado, como se podria conocer con un entable que hay en el pueblo de Santo To– mas, de la provincia de Chwnbilicas, 1 cuya iglesia tiene un fondo 1 Chumblvllcas (C .D.V. ).
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