La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
REPRESENTACION DE LA CIUDAD DEL Cuzco 55 de que .proveerse para llevarlos, para la mayor decencia de su per– sona y familia; así como los encuentran y conduce todo pasajero, áun sin las posibilidades que tienen los obispos; pero intentar el os– tentar contra tantos perjuicios de curas y pueblos enteros, no es otra cosa que entrar arruinándolos el mismo que debe ser su repa– rador; ni puede ser excusa la escasez de plata, porque el presente Obispo, además de tenerla por su patrimonio, ántes de salir de Gua– manga cogió, solamente de cuartas, más de 60.000 pesos. 140. Poco hicieron los curas con proveerse de bastimentas y re– galos para los hospicios y con gravar tan excesivamente á sus pue– blos, si no se previniesen de correspondientes cocineros, que no sien– do fácil hallarlos, se valen de las mujeres que pueden suplir esta falta, y éstas son conducidas á los parajes, con otras que les ayu– den, y en el mucho número de gente que concurre es preciso se vean excesos que motiva la ocasion; esto es, cuando las tales mujeres no vayan por otro término indecente en la compañía de los curas, pues no falta ejemplar de que habiendo una desempeñado más cumpli– damente el obsequio de viandas .á . un obisp.o, alabó éste al cura la buena sazon de la cocinera, y se la hizo presentar para que la co– nociese, sin -. recatarle la· mayor conexión ·que · con ·ella tenía el cura. 141. Una de las primeras prevenciones para estos. .hospicios .son las barajas y dados, á que son generalmente inclinados los curas, y mucho más los .familiares de los obispos, entre quienes son ad– mirables estas que llaman diversiones, y se extienden a quitarse unos á otros el dinero, y lo que granjean y usúrpan; y de aquí re– sultan una infinidad de malísimas consecuencias, que todas estarían remediadas si no hubiese semejantes ocasiones, y se observasen los concilios que privan á los eclesiásticos de estas indecentes ocupacio– nes, y las celasen los mismos obispos, de que absolutamente no se acuerdan, y sé estimulan á ellas. 142. Los curas que no son penados en aquellos gastos, lo son en otros, que tambien se han establecido, obligándoles á que pro– vean la casa . y despensa de los obispos de comestibles, dulce, car– bon, leña y ollas, con cuantas menudencias son precisas á un pa– lacio, y esto por lista que forman el cabildo eclesiástico, y les dis– tribuyen las comidas y cenas de los primeros dias, en que hacen unos crecidos desembolsos, si no los deducen de los indios de sus pueblos, que de todos modos termina en ellos la pensión; ya por– que les persuaden .á que estas contribuciones las deben hacer, ó porque las exigen en las mayores pagas de obvenciones; y si algun cura falta á lo que se le señala, se le pena con multas y desaires.
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