La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

62 REPRESENTACION DE LA CIUDAD t>EL Cuzco ditos, pues es preciso que éstos con la libertad sean malos, y se dis– traigan en sus manejos con escándalo, apadrinándose . de la reco– mendacion de sus hábitos y carácter, para no temer la correccion de sus excesos, y que éstos se extiendan con desafuero á cosas to– talmente contrarias á su estado, viéndose escandalosamente ocupar muchos frailes en ejercicios de .arrieros, vendiendo como mercaderes en tiendas .públicas, en fabricantes de ropa, en los que llaman chori– llos, en arrendadores de haciendas, donde viven y caminan con sus escandalosas familias como casados, y en otros más profanos traji– nes, donde es indecible su desórden, de que resulta que con su mal comportamiento le tengan los seculares, para no tener por viciosos sus procedimientos, y más los indios y mestizos que imitan lo que ven; en los prelados la ambicien á tener y juntar caudal los extrae de la compostura religiosa que les es debida, y se constituyen en pu– ros trajinantes, cobradores de sus · rentqs y exactores de las demás pensiones que establecen; viven sin respeto, dejan sus iglesias sin cul– to, y se hacen absolutamente abominables de los vecinos, y no pagan alcabala, porque la e?Cperiencia acredita no se consigue más que pa– labras de ·vituperio y p~l~s, porque se hall~n sin juez que auxili.e es– ta demanda, ni prelados que atiendan tan justas quejas, porque ·de estos desórdenes les vie~e el mayor aumento de sus interese~. 158. Este modo de manejarse prelados y religiosos es más co– mun en los conventos que no son cabezas de provincia, porque en ellos hay ménos atencion y cuidado que en los otros, donde la .pre– cisa asistencia de los provinciales y religiosos de circunspección, que · hay algunos y buenos, conservan y mantienen sus santos institutos en sólo la parte que pueden, cuidando sus estudios y de todo lo de– mas que les hace apreciables en las repúblicas, aunque también pa– decen algunos lastimosos atropellamientos que les causan otros pre– lados superiores, como son comisarios y vicarios generales, de que se originan infinitos daños que vienen a resultar en los religiosos, co– mo será preciso especificar de algun modo para crédito de lo que se va expresando. 159. Son cuantiosos los gravámenes en que se constituyen las provincias, y se comparten entre los conventos, para las conduccio– nes de los vicarios y comisarios generales; y para la ostentosa ma– nutencion de éstos se cargan de empeños los prelados, de tal modo, que son precisos, ó la escasez á los súbditos, ó la distribucion de lo más sagrado, á que se agrega que siendo su destino temporal, pro– curan lucrarse para volver acomodados, que no lo pueden conseguir sin faltar ·enteramente a sus incumbencias, disimulando el desór– den con el apetito á sus peculiares utilidades, con las que vician las

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