La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA R EBELIÓN DE TÚPAC AMARU 101 guerra, me dediqué á proporcionar á mis pueblos los frutos de la paz en el fomento de la agricultura, el arreglo del comercio, la rebaxa y extincion de muchos derechos, que son testimonios na– da equívocos de mis disposiciones pacíficas, y de que solo pensa– ba establecer entre mis vasallos la prosperidad y la abundancia. Las proposiciones que hice á las Potencias contendientes, desde luego que se manifestaron deseosas de mi mediacion, fueron las mas equi– tativas y análogas á sus intereses. No obstante con grande senti– miento ha visto infructuosos mis esfuerzos y desvanecidas mis es– peranzas de restablecer el sosiego público de Europa. La Corte de Londres, despues de haver entretenido el tiempo con estudiadas promesas y dilaciones, ha reusado admitir los justos temperamen– tos que la propuse, descubriendo con esto el ambicioso espiritu que la domina. Su verdadero objeto ha sido dexar adormecer la Espa– ña á la sombra de la negociacion, mantener desunidas las fuerzas marítimas de la augusta Casa de Barban, y dar tiempo á que ma– durase su proyecto de reparar con la usurpacion de algunos de mis dominios Americanos las pérdidas que ha sufrido en sus estableci– mientos. Asi lo ha acreditado la experiencia, pues no solo me ha suscitado con varios artificios nuevos enemigos entre las naciones barbaras de la Florida, seduciendolas á que conspirasen contra mis inocentes vasallos de la Luisiana, y ha emprendido secretas nego– ciaciones para fortalecer su partido y desprenderme de los que po– dían ser mis aliados en caso de rompimiento, sino que abusando de mi moderacion, han verificado sus súbditos repetidos insultos contra la vandera española, han reconocido y robado vaxeles, han acometi– do otros que tubieron la precision de defenderse, han hecho presas injustas, han abierto y despedazado los registros y pliegos de ofi– cio en mis paquebotes correos, executado otros actos de hostilidad y de violencia contra mis vasallos. Ultimamente llegaron hasta usur– parme la Soberanía en la provincia del Darien, autorizando el Go– bernador de Jamaica con Patente de Capitan General en aquellos parages á un Indios rebelde, y apoderandose en la Bahia de Hondu– ras de las posesiones de los Españoles, que aprisionaron y despose– yeron de su propriedades. A~emás ha sido inmenso y continuo el contrabando que han practicado en mis dominios de Indias, soste– nido muchas veces por sus buques de guerra, apropiandose contra el derecho de las gentes y la fé de los tratados el justo premio de la sangre y tesoros derramados en su descubrimiento, adquisicion, y defensa. Pero tantos gravios no han encontrado otra satisfaccion en el Ministerio inglés que unas promesas desvanecidas con la ex– periencia de verlos repetidos.

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