La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

36. 1780-1-20. DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 135 "Usted Señor Lagos (Administrador de las Rentas del Cuzco) vayase con tiento en su irregular manejo de Administrador de Taba– cos con tanto ladron, como Arlequin (Areche) que tiene a su lado, pues no hay razon para que aqui, en la ciudad, nos venda el tabaco mas caro que en las provincias, y sobre nuevos establecimientos y es– tancos de varias cosas, como barajas y polvora; no de paso, porque seguramente sera Usted quemado con la misma especie, ni entienda que le haya de valer el sagrado del Palacio Episcopal, ni Galvez, ni Areche, autores de la ruina del Reino". "Usted Señor Garay sujete sus guardas que no hagan tantas ex– tors~ones en los caminos; porque ni . Usted ni ellos hallaran alguno, por donde librar la vida, y no admita nuevos establecimientos, como el impuesto de aumento de alcabala". "Usted Señor Vista tiene su vida en un hilo; para Usted no hay respeto humano; todos sin iguales, lo mismo grava a unos que otros, sin advertir que debe distinguir de sujetos, y que sus enemigos son muy poderosos y los principales de la República, y que Usted la pudiera aliviar con sus aforos; pero solo piensa Usted en sacrificarla. Breve irá Usted a despachar correos a la Eternidad!" "Ustedes Señores Regidores, padrastros de la Republica, asenti– ran la idea de tanto advenedizo, como se nos introduce para total ruina de ella, volved sobre nosotros que pues nos quitan la vida, con no defendernos de tantas tiranías como nos infieren Lagos, Garay y Acebal, pagareis con vuestras vidas como ellos". "A Usted Señor Regidor, lo debemos contemplar por autor de tantas calamidades como nos cercan, gravándonos con nuevos im– puestos; que si se verifica la sisa y derecho sobre los abastos, que– daremos pereciendo, y de este modo será mejor morir matando que el rigor de la severidad". Y si Usted Señor Gobernador y Oficiales Reales no poneis reme– dio, lo pondremos los agraviados, que somos tantos como vecinos; y si Ustedes piensan librar la vida, como los de Arequipa, se engañan; porque no lo ha de contar ningun cariblanco empleado de Rentas. ¡Viva el Rey, y muera Areche, Galvez y todo ladron! ¡Viva Arequipa! ¡Al arma, al arma? Toquen pututos y cajas, y no quede ninguno que lo cue~te". 1 (Á.G.I., Audiencia de Lima, Legajo 1039). 1 Pasqu1n aparecido en ·cusco (20-I-1780).

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