La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

142 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU dencias que le parecieron oportunas para contener tanto desenfre– no. Mas pareciendome a mi serme mas necesario que nunca el res– tituirme a mi provincia de Camana resolví el ponerme, cual me pu– se luego al punto, en camino con no pequeño riesgo de mi persona, extraviando caminos, y valiendome para los primeros pasos del auxi– lio de Don Diego Pober, quien me hizo el favor de conducirme per– sonalmente a su hacienda de Guasacache, en compañia del Doctor Don Diego dé Salamanca; y salvando asi mi vida, pude restituirme a la Provincia de donde hago a Vuestra Excelencia este expreso." "Y paso a decir igualmente a Vuestra Excelencia que a vista de tan terribles hechos (que no sabemos los extremos a que hayan de llegar), debe justamente recelar que los de las Provincias confinan– tes puedan tal vez alentarse a su imitación, en el caso de que pre– valezcan y permanezcan en pie los indicios que dieron ocasion a los ya .referidos alborotos acontecidos en Arequipa; esto es, si per– manece la Aduana en el pie que nuevamente se ha ordenado, y si se procede a la numeracion de cholos y zambaigos· para el reglamen– to de tributos que éstos hayan ·de pagar posteriormente. Pues am– bas resoluciones son todo el movil de los excesos, y atentados ex– puestos que se han cometido, y no se sabe a qué términos de fata– lidad hayan de llegar, con peligro conocido de que se pierdan las Provincias, y tal vez aun el Reino." "Por cuya justa consideracion, me ha parecido conveniente y aun muy propio de mi obligacion el suspender por ahora la enun– ciacion referida que de zambaigos y cholos se me mando hiciese pór el Señor Visitador General (Jose Antonio de Areche), y tambien la Aduana; pues uno y otro he graduado muy preciso y forzoso, en tal manera que de otra suerte han de ser cuasi inseparables e impres– cindibles Ios propios alborotos, y tal vez mayores en esta Provin– cia, como que son iguales los motivos, que son en grande manera sensibles para el público que quiere mantenerse bajo del pie anti– guo en que todos han vivido." "Y debo hacer ingenuamente presente a Vuestra Excelencia que no hay en esta Provincia ningunas fuerzas con que poder rechazar o contener cualesquiera insultos y alborotos. En atencion a que ha– llándose envueltas las mas de sus gentes en aquel perjuicio de tri– butos nuevos que, se dice, quieren establecer; y generalmente todas en el de la Aduana, debemos racionalmente desconfiar de ellas; Y prudentemente presumir que en los estrechos de mayor conflicto ha– yan. de enderezar toda su furia contra la justicia, y los pocos parti– darios que pueda tener.,,

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