La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

144 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMAR'N riando de Parajes se veían al mismo tiempo Patrullas de gente a caballo por varias partes con trages disfrazados, y siempre se creyó que pudiese ser la gente de las Chacras como que no se duda estar ostigados o despechados de lo que se decía, que se había de pagar Alcavala, de los trigos, maíces, papas y frutas. Por otra parte los Arrieros de que hay mucho numero en estos contornos de la Ciud. bramaban con la descarga en la Aduana, y vuelta a cargar de to– dos los Aguardientes y demas cosas que venían de los Valles: agre– gandose a esto el precepto de que no habían de entrar al patio de la Aduana con ·espuelas, y sombreros. Los rumores de la Pleve de la Ciudad, y gente de las Chacras iban tomando cuerpo. El Corregidor receloso de algun movimiento no cesaba de pasar oficios al Administrador para qe. se moderase, y procediese con equidad, y no hiciese novedad en el manejo qe. tenian los Oficls. Reales hasta que las cosas se cerenasen. El dicho Pando, y torre de nada hacían juicio governandose en todo con ra– ro despotismo; y al ultimo oficio que les pasó el Corregidor lleno de atencion, y urbanidad, respondieron con desverguenza y altane– ria, diciendo entre otras muchas cosas: Que habían venido a aumen– tar la Real Hacienda en virtud de las Ordenes que tenían para ello, y que sacrificarían su vida para conseguirlo; y zumbandose del CorregQ en el mismo dia dixo Pando a los Alcaldes Ordinarios es– tas formales palabras: El Corregidor está lleno de miedo queriendo hacerme creer un tumulto, y a mi ver mas parece Monja visionaria, que Militar. Asi iban corriendo las cosas quando en la noche del día Jueves trece, acometio una porcion de gente á la Aduana, y se quedó en amago, por quanto parece que fueron solo con el fin y animo de ex– plorar. Confirmose este juicio en la noche siguiente que estando cer– ciorados los Amotinados del descuido que habían notado en los de la Aduana (porque creyeron estos demasiado confiados que no pa– saría adelante tan deprabado intento), acometieron en numero de doscientos hombres con resolución firme de matar á Pando, Y a los demas dependientes, lo que no pudo verificarse a causa de que el primero huyó por las paredes detras de su Casa, como gato espan– tado por la mala visión de los que venian a hacerle frayle con la mor– taja, permitiendo Dios que se confirmase en su persona el mal con– cepto que formé del Corregidor. Los otros, y entre ellos Torre se de– tubieron un poco haciendo fuego; pero viendo que quebrantaban las puertas, le movió al mismo Torre la curiosidad de ver quienes prac– ticaban esta execucion, y al sacar la cabeza por una ventana, le die-

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