La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

176 DOCU:MEN'J'.OS DK LA REBELIÓN DE- . TÚPAC AMARÚ 53. 1780-V-12. "Excelentisimo Señor.-Muy venerado Señor mio.-Prosiguiendo la noticia de los sucesos de la ciudad de Arequipa sobre haber qui– tado aquel Ayuntamiento y su Corregidor la Real Aduana que se acababa de establecer de que tengo avisado a Vuestra Excelencia en mis cartas numeras 179, 182 y 184, digo hoy que ya quedan alli los cien hombres de tropa que envio este Virrey a contener los Al– zados, que aunque se pinto que era la plebe, no fue sino instrumen– to vil de los que se llaman Nobles y Hacendados". "Entrada, como va expuesto, la tropa debería seguirse, pue.s que no se ha hecho el pasar un ministro a formalizar las causas del mo– tín; pero hasta ahora nada ha determinado que yo sepa este Virrey, importando mas que puedo explicar el que se se averigüe el origen, Y los autores para imponerles el digno castigo que merecen, o el que ejemplarice a todas las <lemas poblaciones. que han intentado sacri– legamente imitar a Arequipa, como lo pensaron conseguir .. algunos malvados en la del Cuzco, y lo ha hecho el Cabildo Secular de La Paz, segun se hará Vuestra Excelencia instruir por los testimonios y copias desde el numero 1 hasta el 8, donde me ha parecido incluir todo lo que hay hasta ahora de estas dos ultimas ciudades, y sobre cuyas circunstancias hablare luego que acabe de exponer lo opor– tuno a las relaciones bastante fundadas que corren aqui de la pri– mera que dio el tono a estos alborotos que fue Arequipa". "Con el motivo de hallarse allí la tropa, y no estar incursos en el motín algunos en cuyo corazon vive muy venerado el · sagrado nombre del Rey, que han visto por pasos todos los accidentes Y par– ticularidades ocurridas en ·su origen, en su medio y· en . sus resul– tas, se sabe que han quedado sentidos de estos los que tuvieron p¿¡r– te, y encontrados le han dicho al Corregidor en su cara que él ti~ne la- culpa de todo, y que se lo probarían, sobre lo cual se me ase– gura que se ha hecho correo a este jefe; pero sea lo que . se quiera, a mi me será dudable que si no lo manda averiguar 1 lo han de de– cir los que no quieren permanecer, o tenerse por manchados con la nota que ha contraído aquella Población. Yo he estado predicando aqui esto propio desde el principio; mas como el Gobierno es con– templativo de los criollos por estar todo entregado a ellos, no se dá paso activo a nada, y la verdad que ofende mucho esta lenti– tud; pues si al propio tiempo que corrió en las provincias este alza-

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