La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

204 DOCUMENTOS. DE LA REBELIÓN DE TÚP AC AMARU del mismo. La segunda que aun quando le correspondiese este aser– vo castigo, deveria de ante mano examinarse por el enunciado Co– rregidor si en efecto fué extraído del Lugar destinado por asilo di– rigiendose en este caso con el reo los Autos originales a esta Real Sa– la, y pasandose un testimonio de ellos al Juez Eclesiastico para que determine sobre el articulo de Ynmunidad, suspendiendose en el entretanto el progreso de la causa principal. Empesando por el primer punto, no puede dudarse que el cri– men de conspiracion es el mas grave que puede cometerse.- El se dirige contra el REY y contra el estado, por lo que es llamado de lesa Magestad. El alterar la paz y tranquilidad de los pueblos, y desaca– tando el yugo de la obediencia, causa todos los extragos que dima– nan del libertinaje. En suma es un desconcierto universal de todos los derechos y leyes, que se funden como en base principal en la su– bordinación y reconocimiento del Monarca y supremo legislador. Por esto las leyes han cuidado particularmente de destruir este mons– truo tan horrible aniquilando desde la cuna para que jamás tome cuerpo. Ellas imponen gravisimas penas a los dilicuentes de esta cla– se y corrigen en ellos, no solo la ejecución sino tambien el designio, castigando igualmente aun a aquellos que teniendo conciencia de es– te delito no la comunican a los jueces para que embaracen su progre– so. Pero es necesario entender que todo este rigor procede en los casos de una conspiración formal y fundamentada y de un conato proximo y eficaz a ella. Contrayendose este Ministerio al hecho que resulta juztificado del progreso, repara que aunque hubo dos juntas, una verificada en el Puente de la Parroquia de Santiago, y otra en el Alfalfar de Can– gas, que administraba el reo Asencio Vergara en ninguna de ellas hubo concierto ni orden en las conversaciones. Estas se dirigieron desde luego a tratar de alzamiento, pero no se tomaron las precau– ciones convenientes; no se confirieron medios proporcionados a un fin tan arduo; no llevaron método en el proyecto, ni quedaron fir– mes y resueltos en emprenderlo; al mismo tiempo que alguno de los congregados apuntaba una especie, conocía la inconducencia de ella, la insubstancialidad de los compañeros, y la ninguna proporción que tenian para el asunto. Si de todas las deposiciones y confesiones de .reos relativa al pacto de conspiración, se formase una analisis no se podría ~a~ar cosa alguna en concierto. ¡Mas parecen desatinos de unos hombres simples,. fanaticos y alusionados, que producciones con– certadas! Sobre todo es tal la variedad con que proceden en la rela– ción que hacen de los pasajes acaecidos en las juntas, que confronta

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