La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión
236 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚP AC AMARU contribucion de los Reales Derechos, es la piedra de toque de estas Gentes, y lo que se da por causa unica de todos los movimientos. Referir por menor los sucesos que han acaecido, era obra muy dila– tada y molesta, y dificil de arreglar a la verdad, por las muchas fic– ciones que de todas partes se escriben, tomando cada uno lo que le es mas adaptable a su modo de pensar, o mas conforme a sus ideas y designios, como se colige de la inconsecuencia de las noticias que ministran. Pero como la presente Relacion es preciso que se forme de los varios papeles que se reciben de los Sugetos residentes en las Provincias donde se halla el teatro de las actuales tragedias, se dis– pensara los defectos que se notaren. Por el año pasado de 1778 se hallaba de Corregidor de la Pro– vincia de Chayanta jurisdiccion del Arzobispado de la Plata Dn. Ni– colas de Urzainqui, y sintiendose agraviados tres Indios originarios del Cacique de Mach a Dn. Bias Bernal (que entre ellos hacia ca– beza Tomas Catari como agregado al Cacicazgo del Pueblo de Aran– saya repartimiento del de Macha) pasaron a la Villa de Potosi Y se presentaron ante . los Oficiales Reales, representando los perjuicios que les havia inferido el dhQ Casique Dn. Blas quitandoles sus tie– rras y los frutos , y denunciaron al mismo tiempo la usurpacion de ochocientos pesos que anualmente hacia en el ramo de tributos. · Oida la querella y la denuncia, mandaron los Oficiales Reales que el refe– rido Corregidor Ur zainqui apartando a Bernal del Cacicazgo, enten– diese en las averiguaciones y en el desagravio de los Yndios quexo~ sos, pero el Corr egidor no hizo mayor aprecio aun sin embargo de que la Real Audiencia de la Plata tambien havia expedido la corres– pondiente Real Provision para el efecto. En est e estado llegó a la dicha Provincia el nuevo Corregidor Dn. Joaquín de Aloz, quien en vista de la Real Provision, y ente– r ado de algunos movimientos que le inquietaban a la Provincia cau– sados por Cat ari, lo hizo prender y lo despachó con prisiones al Asien– t o de Aullagas; pero al pasar por el pueblo de Ocuri, salieron los Yndios mineros y lo quitaron, y despacharon a la Ciudad de la Plata. Catari se presentó en la Real Audiencia, y los señores sobrecar– taron la Provision, y le m andaron qu e con Carta del Sr. Juez sema– nero fuese otra vez a la Provincia ; m as el Yndio no quizo obedecer, Y pasó a la Ciudad de Buenos Ayres a principios del año de 79, Y rep~esentó ante aquel Sr. Virrey el despojo en que se hallaba de su Cacicazgo, suponiendo pertenecerle legítimamente. Pidió su reposi– ción, Y ofreció a.umentar en cantidad considerable el Ramo de los Reales Tributos. Como no probó su accion, se le dio por el Superior
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