La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 237 Gobierno providencia incitativa para que juztificando su preferente derecho se le repusiese en el Gobierno. Restituyose a Chuquisaca y presentó la providencia en la Real Audiencia, y sin esperar la re– solución, pasó a su Pueblo de Macha, y persuadió a los Yndios de es– ta Parcialidad que havia estado en España, y besado los pies de nues– tro Soberano, quien le trató con las mayores demostraciones de amor; y que informado de las opresiones que padecian los Yndios los re– levó de repartimientos de Corregidores, y mando que solo contribu– yesen una tercera parte del tributo que antes pagaban, para cuyo fin aunandose con dos Cobradores de tributos pasaron todos tres a Potosi a enterarlos en la Real Caxa. Esparcida y creida esta noticia en toda la Provincia de Chayan– ta, su Corregidor Aloz hizo causa a Catari, y librando requisitoria contra el a Potosi, fue preso de orden del Gobernador, y puesto en la caree} por el tiempo de mas de nueve meses, y al cavo de ellos una noche lo entregó a doce Mozos que havia despachado dhQ Co– rregidor a instancia del Cacique de Macha, y cargado de prisiones por caminos extraviados lo condujeron hasta cerca del Pueblo de Pocoata, cuyos Yndios y los de Macha que idolatran en Catari por los recursos hechos, lo quitaron y lo condujeron a la Ciudad de la Plata, donde fundó su querella manifestando sus padecimientos. No emitió el Corregidor remitir a la Real Audiencia las causas que le havia formado probandole y justificandole varios crimines y sedicio– nes, con cuya vista mandaron los Oydores que fuese preso y puesto en la Real Carcel. Su hermano el tuerto nombrado Damaso Catari, tomó a su cargo la defensa, inquietando a los Yndios con representarles lastimosa– mente que por libertarlos del pesado yugo de Repartos, tributos, Mi– tas, y otras pensiones que sufrían, se hallaba su hermano en traba– jos y aun en terminos de que le ahorcasen, pues el Corregidor que se enriquecía con su sangre, le havia perseguido para impedirle que estorbase tanta tyrania. Conmovidos los Yndios y las Yndias se comprometieron en la contribucion de un real cada persona para auxiliar a su Padre Ca– tari, que como a tal lo miraban, y no logrando su libertad, se em– plazaron para una general sublevacion en el Pueblo de Macha el 30 de Agosto, dia en que se debía hacer la Lista de los 800 Yndios que se despachan de Mita a Potosi con cincuenta y un mil pesos de tributos; pero su impaciencia y falta de conducta no les dió lugar a aquella espera.

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