La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión
DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 245 do, Señor, hicieron preso al corregiüor los indios, para conseguir por este medio la soltura de D. Tomas Catari, y la rebaja del tirano reparto, siendo mas que notorios nuestros padecimientos, y que so– lo así se pudiera conseguir amainar el rencor y odio del corregi– dor, como que verdaderamente se consiguieron los justos deseos á que aspiraban nuestras miserias, y libertar al pobre encarcelado de Catari, de los tormentos que injustamente padecía el desvalido. Preguntaráme, como es justo, V. M., por el orígen de estos mo– vimientos y su principio, lo que satisfaré: porque el corregidor está coligado con algunos Ministros de la Real Audiencia, D. Pedro Cer– nadas, y el Fiscal Pino, y todo se dirige únicamente á oscurecer la verdad, y que los indios inocentes queden indefensos y sepultada su justicia, y el corregidor con sus delitos triunfantes. Porque el corre– gidor, paniaguado con los Ministros de V. M., solo se ocupa en ave– riguar quien favorece á D. Tomas Catari y su comunidad, quien les hacia sus escritos, quien les escribia, quien les influía para los mo– vimientos del Valle y Pocoata, cuando lo que se debia averiguar, era, si los indios pedían justicia: y el corregidor tenia delito. Pero bien se conoce que el intento ha sido acabar con la inocencia de los indios, é intimidar y oprimir á todas las gentes, para que no haya quien proteja la justicia que ellos tienen. Porque el corregidor con su negra avaricia quiere aparentar y disimular su crecido reparto, con la particular circunstancia que colige nuestra miseria. Es posi– ble, Gran Señor, poderosísimo Rey de las grandiosas Españas y mi– serables indios, que V. M. C. permita que un individuo particular desde su primer principio venga á beber la sangre de sus pobres tributarios indios, humildes é indefensos, y que el corregidor, me– diante sus arbitrios y cavilaciones quiera oprimir nuestra justicia, irrogándosenos los agravios que echará de ver la elevada penetra– cion de V. M. Dígalo el Dr. D. Marcos Ceballos, presbítero, que ha sido perseguido y preso por solo haberse opuesto á los Ministros de V. M. Dígalo el Dr. D. Juan Bautista Ormachea que ha estado preso por la misma injusta sospecha, y que estos me habían fomen– tado. ¡Dígalo D.a Maria Esperanza Campusano, criada de nuestro actual cura, que la prendieron en la cárcel pública, y con las ame– nazas de los Ministros de V. M. casi perdió su vida, sin otro moti– vo que imputarle falsamente, que por ser criada fué comprendida ó coligada con los indios, sin atender á que se hallaba embarazada, y que casi mal-parió! ¡V. M. C. permite que así se atropellen á sus hijos! ¡Dígalo nuestro actual cura, D. Gregario José de Merlos, á quien se le está formando causa siniestra de coligacion, únicamen– te por habernos amparado, por hacer este corto servicio á V. M., y
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx