La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 247 instante que nuestro cura y su teniente, Dr. D. Mariano Vega, sa– lian á recibirlos, con obsequios y con amor se los entregaban á to– dos, y los conducían á su casa, dándoles solturas, así que recono– cian estos sacerdotes que los animas estaban serenados. Y aunque pereció uno de los dichos gobernadores, nombrado D. Florencia Lu– pa, que murió degollado sin saberse los autores de este exceso, pe– ro debe V. M. saber, que dicho Lupa era dilecto de vuestros Minis– tros por los regalos cohechos que les daba: que Lupa habia hecho un caudal gigante con la sangre que les había robado á los misera– bles indios, y que Lupa fué siempre un atropellador de los minis– tros de Jesu-Cristo. Confesamos á V. M., que si por desgracia nuestra no tenemos por párroco al Dr. Merlos, y por ayudantes al Dr. Vega, hoy fuera el dia triste, porque el empeño de vuestros Ministros era acabar con los infelices indios; y estos por libertar sus vidas, quizás, Señor, hu– bieran cometido algunos estragos: siendo muy regular nos ayudasen á la defensa todos los indios de vuestro vasto reino, de lo que hu– biera V. M. hecho el mayor sentimiento, pues la pérdida de tantos millones de pesos y de tantas miserable.=> almas, era regular traspa– sase el corazon piadosísimo y cristiano de V. M. Pero nosotros cree– mos firmemente que el ánimo de vuestros Ministros y del corregidor ha sido destruir la poderosa y rica corona de V. M. Pues, ¿qué otra cosa quiere decir tanto abandono de los indios, y no permitir se de– fiendan? Mas, Señor, el santo párroco y ayudante que tenemos, han sido los únicos que nos han consolado, que nos han contenido y su– getado, que nos han enseñado la obediencia ciega, y han sido los únicos que de nuevo han conquistado este vuestro reino; que se ha– llaba mas que inquieto con los robos de vuestros corregidores. Tambien nos ha servido del mayor consuelo, haber tenido por escribano á un sugeto de sanas intenciones y honrada conducta, que lo es D. Isidro Serrano, y que hasta el dia se mantiene en nuestra compañia; pues este sujeto nos ha sacado de muchos errores, y nos ha dirigido por los camines mas puros y mas suaves. Y conociendo esto vuestra Real Audiencia, ya sabemos que le amenazan con que le cortarán la mano, sin otro motivo que haver esplicado nuestros sentimientos y miserias, por varios informes que ha he– cho á nuestro nombre, y por nuestra determinacion á la Real Au– diencia. ¡Qué mas pruebas quiere V. M. del despacho de sus mi– nistros, que han pretendido con su total ruina defender el caudal de un particular! D . Tomas Catari y toda esta comunidad de Cha– yanta piden rendidamente á V. M., sean reprendidos los que fue– sen culpados. Piden á V. M., quite en el todo los repartos. Piden que

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