La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión
DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 277 días consumido de la inedia y del pesar; de los dos restantes no hay más noticia ·que la de su reclusión penosa en otros tantos calabozos de los que tenía fabricados el Indio, con disimulo, como si solo .fue– sen piezas para su morada y establecimiento de la familia. No paro en estas adquisiciones el artificio del Indio; luego que concluyo la muerte del Corregidor, paso con todas sus tropas al obra– je de Pomacanchi, en que abiertas las puertas dio· libertad a todos los presos, y echo la demás gente que administraba las oficinas; és– tas fueron quemadas, y toda la ropa y materiales que había en los almacenes se abandonaron al pillaje de los indios, cuya perdida, ase· gura el interesado Don Isidro de Guizasola, pasa de cien mil pesos, y Don Sebastian de Ocampo más de treinta mil pesos. Pero el gra– do mayor de la osadía fue haber adelantado su marcha el Cacique con toda su gente hasta el pueblo de Quiquijana, en cuya plaza acam– po, dejándose ver muy brillante en los despojos del Corregidor; esto es con un jaez muy costoso, volante y calzones de terciopelo negro, y chuspa de tisú, y hebillas de oro, empuñando el mismo baston que babia usurpado. De este pueblo que esta situado en el camino Real, a distancia de diez leguas de la ciudad, paso el Indio a verificar el estrago que babia hecho en el obraje de Pomacanchi, en el de Paropuquio, que tambien quemo y destruyo, entregando al saco de su gente toda la ropa labrada y los materiales que babia; con este auxilio ha engro– sado su tropa pagando de sueldo dos reales por dia al soldado in– dio, y al español cuatro, logrando por este medio interesarse mas compañías, que verosímilmente componen el número de diez mil in– dios, fuera de mas de seiscientos mestizos, de los que llevan muchas armas de fuego, que astutamente robo el Indio del finado Corregidor. El principal empeño que lo condujo al pueblo de Quiquijana fue ahorcar al Corregidor Don Fernando Cabrera, y robarle lo que hu– biese logrado, si su fortuna no le previene la llegada del Cura de Tinta, que venia acosado del Rebelde; y avisandole la intención se– ria que sobre ello traia, aprovechando las pocas horas, hizo su reti– rada la propia noche a esta Capital. Al amanecer se dejo ver Tupac Amaro con una formidable co– mitiva militar, y se enderezó prontamente a la casa del Corregidor, y no encontrandolo, pegó su furia con dos mil pesos en plata, sus muebles, vestidos y utensilios; y despues se retiro a la Casa de Ca– bildo a conferir sus reprobados designios con los Caciques de aquel pueblo, y aseguran se han declarado a su favor.
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