La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 279 la nobleza española, agregandose otras consideraciones que hacían volar el terror y el espanto por las calles. En medio de tanta turbacion, por esta adversidad, que me ha tocado en lo mas vivo del corazon, en la fidelidad al Rey que hace mi corona y timbre, y a las obligaciones de Pastor que demandan la efusión de toda mi sangre en servicio de ambas Majestades, y aun habiéndome llegado las aguas hasta la garganta, no he permitido que una tribulacion tan repentina llegue a embargarme todos los senos del animo, sólo si he sentido sin dejar de ser agradecido a mi voca– cion, el no poderme disponer para la defensa, con la franqueza de un hombre secular; despojado de mi caracter, hubiera entrado en otros designios que dieran a entender que mucho mejor es morir con honra que vivir sin ella; pues ya que no he podido deponer el bacu– lo, para tomar la espada, he contribuído a los preparativos de la de– fensa, sin reservar todo el resto de mis facultades, y puedo decir a Vuestra Señoria Ilustrisima, con aquella confianza a que me eleva el honor que tengo en su amistad sincera, que si no me he despren– dido del caracter espiscopal, para revestirme del militar, he conse– guido el uno sin abandonar el otro, conciliando los dos por mi afecto al Estado. Luego que llegaron las noticias dei la sublevacion de esta ciudad, practique loe primeros deberes a que nos empeña la Religion; pasé todos los oficios necesarios a mi Iglesia Catedral y a las demas de los Regulares, de ambos sexos, para que implorasen las misericordias del Señor Dios de los Ejercitas, con oraciones, penitencias y súplicas a los Santos, a fin de que movido el Cielo con la meditacion de los justos bienaventurados, y viadores de esta Capital, consigamos ha– cer una resistencia que satisfaga nuestras conciancias, para con Dios y el Rey. Mis ordenes se ejecutaron prontamente, procediendose a una ro– gativa general, con las imagenes sagradas, en cuya devocion se inte– resa mas la religion de los indios y su permanencia en la fe , como es la del Señor de los Temblores, y Nuestra Señora de Belen, que mande se trajese procesionalmente, desde su parroquia, haciendo comprender a los indios, que la guerra con tra el Rebelde, se miraba como punto de Religion, que deben atender segun la calidad de cris– tianos. Ellos son muy adictos a estos simulacros de Cristo y su Santísi– ma Madre; y como por otra parte, son acerrimos seguidores de las tradiciones, aun en materias concernientes al Culto Divino, pues se

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