La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

76. 1780-XI-20. DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 287 RELACION DE LA DERROTA LAMENTABLE QUE EL TRAYDOR TUPAC AMARU CONSIGUIO DE LA EXPEDICION MILITAR QUE DISPUSO LA JUNTA DE GUERRA DE LA CIUDAD DEL CUZCO AL MANDO DEL GENERAL DN. FERNANDO CABRERA CORREGI– DOR DE QUISPICANCHI PARA CONTENER Y CASTIGAR LOS CRIMINOSOS HECHOS DE DICHO TUPAC AMARO. Recibida· en el Cuzco la noticia de la rebelion de Tupac Amaru el dia 17 de Noviembre del citado año de 1780, con la llegada de Dn. Fernando Cabrera Corregidor de Quispicanchi, no la juzgaron tan po– tente que no pensasen disiparla con facilidad. Dispuso la Junta de Guerra (que para tales casos se tiene en dha. Ciudad) que se for– mase un Cuerpo de mas de ochocientos hombres entre españoles, Mestizos, y algunos Yndios del Pueblo de Oropesa dirigidos por su Cacique Dn. Pedro Ximenes de Saguaraura que acreditó su fideli– dad. Meditose examinar y probar las fuerzas de este rebelde, e in– vadirlo alli mismo donde exercia sus tyranias: y a este efecto el Ca– cique Pacheco escribió una Carta al Corregidor del Cuzco en que le dice que le remita gente para prender al Rebelde que lo pondría en sus manos. Como Pachecho no recibiese prontamente la respuesta juzgó de que tal vez no havria sido entregada al Corregidor, por lo cual repitió otra que le quitaron los exploradores de Josef Gabriel prendiendo al Propio que la conducia, quien fue presentado con la carta a Tupac Amaro. Armada la tropa con fusiles, sables, y chuzos, salió del Cuzco al mando de Dn. Fernando Cabrera como Corregidor de su Provincia donde en la actualidad se hallaba el Rebelde, llevando de Oficia– les entre -otros Europeos a Dn. Tiburcio Landa Corregidor absuelto de Paucartambo, y a Dn. Francisco Escajadillo que por conocidosse nominan. No se reputó muy prudente esta Expedición: el buen jui– cio la reprovaba, y aun algunos de la Junta la impedían para me– jor oportunidad; pero prevaleció el parecer de la mayor parte de los Oficiales de aquel Batallan, que llevados o de la ardentia de sus genios, o del deseo de gloria o lo que es mas persuasible, de la jus– ta indignacion que causaba la altivez nunca vista de aquel Yndio, apresuraron su marcha y se apostaron en el pueblo de Sangarará que está cinco leguas del de Tungasuca, y distante del Cuzco como

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