La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMEN-TOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 27 traher á la obediencia del Rey, á los Indios del Uruguay, (Misiones de los Regulares de la Compañia) que andaban levantados, le nom– bró en once de Agosto de mil, setecientos, y cinquenta, y tres, por Capitan de una de las Compañías de Milicianos Forasteros, que for– mó para su defensa de aquella Plaza durante su ausencia, en aten– cion á sus circunstancias y al honor con que havia desempeñado su comision de Capitan, y maestre de la nominada Fragata, y antece– dentemente de otra nombrada Nuestra Señora de los Milagros. Sirvió el referido empleo con el mayor zelo, y aplicacion, ha– ziendo Guardias, Patrullas, y los demas exercicios conducentes al res– guardo de la Ciudad de Buenos-ayres, su Castillo, y contornos, has– ta el año siguiente de mil, setecientos, y cinquenta, y quatro, en que regresó á Cádiz con su Fragata San Antonio de Padua. En el de mil, setecientos, y cincuenta, y seis, con licencia del Rey, de nueve de Noviembre de el de mil setecientos, y cincuenta y qua– tro, fletó el Navío nombrado Nuestra Señora de Begoña, para el transporte de Tropas, municiones, y demás pertrechos de guerra, de cuenta de la Real Hacienda, al Rio de la Plata, debaxo del mando del Teniente General Don Pedro de Cevallos, llevando á su bordo, docien– tos, y setenta, y quatro plazas de Ynfanteria, y Dragones, y avien– dose picado de escorbuto, se debió al celo y conocimiento de Don Antonio, el reparo de un mal tan grave, á cuyo efecto franqueó a los Soldados quantas provisiones llevaba en su particular, y hizo ha– cer los remedios mas eficaces, con que se logró el fin de desembar– carlos felizmente en Montevideo, y en estado de hacer el servicio, como fue preciso, á su llegada. Que aviendo aprestado su Navío para el tornaviage en cumpli– miento de su contrata, despues de concluida en veinte, y seis de Noviembre del año citado de mil, setecientos, y cinquenta y seis la descarga de las municiones, y pertrechos, que llevó de cuenta de la Real Hacienda, y presentadole en estado de navegar en dos de Enero del siguiente de mil, setecientos, y cinquenta, y siete, no se le despachó hasta el dia tres de Junio, en que se hizo á la vela, de cuya demora se le ocasionaron considerables perjuicios, por los ma– los temporales que en este tiempo reynan en aquellos mares, los qua– les lo obligaron, por no perderse, á arribar al Rio J aneyro á reparar– se de sus quebrantos, donde por ellos se le excluyó de la navega– cion, causando este golpe la ruina total de sus caudales, y depen– dencias.

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