La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión
288 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU veinte leguas con ánimo de enderesarse al dia siguiente hasta en– trar en lid con el Rebelde. Tuvo éste a lo que se dice, puntual aviso de la marcha de la .gente, de su numero, de sus armas, de sus in– tentos, y de quanto a ellos conducia; y al favor de la noche que pre– cedió al dia 18 de Noviembre, caminó a encontrar a los que les bus– caban. Previno el Yndio a su gente que ninguno se dexase ver de la tropa, y que se apartasen del camino por donde debia pasar; y por tanto se creyó que los Alzados se havian retirado de miedo, de– xando la Poblacion acefala. Con esta vana confianza, y contra dictamenes que debian re– flexionarnarse, se tuvo la inadvertencia de no apoderarse de una Colina o Cima que ofrecia. Puesto ventajoso para la Batalla, y se aquartelaron todos los Españoles y Mestizos en la Iglesia, cercan– dola por la parte exterior con los Yndios que trajeron del Cuzco. An– tes de rayar el dia se sintió en el temblor de todo el terreno, que era mucha la gente enemiga que se acercaba, tomaronse algunas pre– cauciones para entrar en el Ataque que empezó a la Aurora; Y quan– do se aprontaban para salir y acometer, se hallaron con una espe– sa lluvia de piedras sin cesar que los obligó a no salir del recinto de la Yglesia, y casi los imposibilitó al manejo de espadas, fusiles Y pe– dreros. Mandó Tupac Amaru que el Cura extrajese de la Yglesia al Santisimo Sacramento, porque iba a ponerla fuego. Hizo sacar a quantos Españoles criollos componían la Expedicion que se separa– sen de los Europeos, y que saliesen a lograr las satisfacciones del buen animo con que los distinguia. No quisieron separarse, y ardien– do ya el templo se vieron todos en el estrecho de perecer al fuego, .al humo, a los golpes de vigas y fragmentos de la muchedumbre Y Retablos que las llamas iban consumiendo: o salir a experimentar una inevitable muerte a manos de los que los obligaban a pasar por golpes, contuciones, heridas con cuchillos, palos, piedras, mazas, Y cla– vas. Muchos se confesaron, y ninguno comulgo porque no se hallo a mano la llave del Deposito que encerraba el Copon de las Formas consagradas, que sin remedio ardieron a la voracidad de tanto in– cendio. Fue tal el extrago que a excepcion de algunos Yndios y Mes– tizos que se pasaron a los Contrarios: y un Español que revestido de Sacerdote escapó la vida mediante este adbitrio, todos los demas que– daron sacrificados al furor de aquellos Barbaras. Los cadaveres fue– ron enterrados: despues de orden de Tupac Amaru, pagando al Cura un peso por cada uno. No puede omitirse lo que execut6 el Rebelde con el difunto Cabrera, que viendo el Cuerpo tendido en el suelo y
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