La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

294 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU cho, y de .la tyrania de los que corren con este cargo sin tener con– miseracion de nuestras desdichas, y exasperado de ellas, y de ser mi piedad determinada reducir mi expotrible pecho, y contener el mal gobierno que experimentamos de los Gefes que componen este Cuerpo, por cuyo motibo murio en publico cadalzo el Corregidor de esta Provincia de Tinta, a cuya defensa vinieron a ella de la Ciudad del Cuzco una porcion de Chapetones arrancando a mis amados Cri– ollos, quienes pagaron con sus vidas audaces y atrevidas. Solo siento de los Paysanos criollos a quienes mi animo es que no se les siga el menor perjuicio, sino que vivamos como hermanos y congregados en un cuerpo, destruyendo a los Europeos, para cuyo efecto les ha– go saber a todos los referidos Paysanos que si elijen este dictamen no se les seguira perjuicio ninguno en vida ni haciendas; pero si desprecian esta mi advertencia, e hicieren al contrario, experimen– taran su ruina convirtiendo mi mansedumbre en furor, reduciendo a esa Provincia en cenizas: y como se de cierto tengo fuerza para hacerlo pues tengo a mi disposicion setenta mil Yndios, fuera de los Criollos, y de otras Provincias que se me han ofrecido, y las tengo a mi ordenanza; y asi no tengan en poco estas mis advertencias que son nacidas de mi amor y clemencia. Los Señores Sacerdotes ten– dran el debido aprecio a su Estado: y del propio modo las Religiones y Monasterios, siendo mi unico modo y animo cortar el mal gobier– no de tantos ladrones, Sanganos que nos roban la miel de nuestros Panales. En breve me desengañaré de vuestras intenciones, y co– noceré el dictamen que eligen, premiando a los leales, y castigan– do a los Rebeldes, y entonces conocereis vuestro beneficio, y des– pues no alegareis ignorancia. Es cuanto ocurre deciros. Tungasuca. Hoy 21 de Noviembre de 1780. Don Josef Gabriel Tupac Amaru Ynca. (N Y. P. L. R. C., Paz, Tomo I, pp. 250-251). 80. 1780-XI-21. Señor Gobernador Don José Gabriel Túpac Amaru. -Mi más amantísimo hermano y Señor.- Volví a recibir la de Vuestra Merced con mucho gusto, y enterado de su contexto digo, por lo que me pide plata que sin duda el falso portador y tíos, que no lo hice portador sino a Tomás Farfán, vendría con sus mentiras; no le conoce Vuestra Merced que sujeto es; y si vió la plata por qué no me dió cuenta, pues la gente hicieron destrozos de sus cabalga-

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