La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

28 DOCUMENTOS DE LA R EBELIÓN DE TÚPAC AMARU Consta tambien que es tuvo empleado por espacio de mas de ocho años en Buenos-ayres en calidad de Diputado y Apoderado del Con– sulado de Cadiz, atendiendo con vigilancia al recibo, subsistencia, y despacho de los Avisos, que para asumptos urgentes del Real Servi– cio se despacharon desde el año de mil, setecientos y cinquenta, y dos, al de mil setecientos, y sesenta, no haviéndole dado muchas ve– ces mas que el corto plazo de ocho días para habilitarlos y succedi– do tener tres apresstados á un mismo tiempo. Que con licencia del Governador Don Pedro Cevallos, despachó en el año de mil, setecientos, y cinquenta, y ocho una embarcacion, desde Buenos-ayres al reconocimiento de la Bahía de San Julian, y Costas del Sur, lo qual hizo á sus expensas, y levantó planos de la misma bahía, trayendo á su regreso un Indios de estatura gigan– tea, que voluntariamente quiso pasar á su bordo, de todo lo qual dió cuenta, con los planos, y diario, al enunciado Teniente Coronel, y al Virrey de Lima, y despues, en el de mil setecientos, y sesenta á la misma empresa, retornando al Indio, á quien h avia civilizado, man– teniéndole once meses en su casa; y dió vario$ regalos para los Ca– ciques de s u tierra; y aviendole puesto en ella un temporal, que obligó á la embarcacion á amollar en popa, la hizo arribar á Santa Cathalina, y se frustró esta empresa, en la qual, y la antecedente, gastó Don Antonio al pie de veinte mil pesos. Hallandose el nominado Don Pedro de Cevallos en el año de mil, setecientos, y sesenta, y dos, con n oticias de haverse r oto la guerra con ingleses, y portugueses, y ordenes de la Corte, para poner en buen estado las Milicias de su distrito, reeligió al mismo Don Anto– nio por Capitan de una de las Compañias de Forasteros, y á cuyo efecto le dió el Titulo correspondiente en veinte, y seis de Mayo del año citado, y en virtud de él levantó una de ciento y veinte hom– bres, los mas naturales del Paraguay, y de la mejor talla, y circuns– tancias, a quienes vistió, disciplinó, y presentó en estado de hacer el servicio, como lo hizo en la 'Fortaleza de Buenos-ayres, en quan– to se puso á su cuydado y en el sitio de la Colonia.1 Sucesivamente le dió orden al proprio Governador, para que de– jando su Compañia á cargo del Teniente, pasara á tomar el mando de doce embarcaciones, que se aprest aron ·para transporte de Tro– pas, y defensa del Rio de la Plata, y toma de la Colonia del Sacra– mento á los Portugueses, concurrió á ponerlas en estado, y continuó 1 Alusión a la Colonia del Sacramento. (C. D. V.).

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