La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚP AC AMARU 313 que era lo mas precioso de nuestra defensa, enflaquecernos con la perdida de cerca de ochocientos hombres, los mas selecto de nuestra gente, y con que contabamos con menos desconfianza, sino tambien con este primer ataque y victoria, ha sido tanto lo que ha incremen– tado su osadia, y el terror que ha infundido en los animes, que ya podemos asegurar que sus conquistas hace sin armas, y los pueblos se subyugan vilmente a su dominacion con solo su nombre. No podre dar a Vuestra Señoría Ilustrísima una clara idea de esta verdad con la relacion de algunos sucesos recientes, sin que ~l corazon, penetrado del mas justo dolor, embargando todas las facul– tades del alma, compela a la pluma a sensibles suspensiones, tal es la fuerza que me oprime, y necesita de muchos actos reflejos, aun– que de remotas esperanzas, para mantener el espíritu con vigor, e infundirlo en los <lemas que están poseídos de mayores y mas tra– gicas impresiones. Siendo su primordial intento la ruina de los Corregidores con– trarios, ha manifestado su infernal saña contra los repartos, adua– nas, alcabalas,etc. La destruccion de obrajes y la sujecion de los pue– blos, ha derramado por todas partes unos edictos en que mezcla pro– mesas con amenazas para que se prendan los Corregidores, se qui– ten las dichas pensiones y todos le sigan en estas ideas. Aquí se han dejado ver los que publico para la Ciudad, para la Provincia de Paruro, y aun los ha extendido hasta la ciudad de Are– quipa, a la que ofrece su favor, estando de acuerdo en sus dictame– nes, y la conmina con tratarla con todo rigor, si se resiste; estos ar– bitrios que hallan dispuestos los animos en los mas de los pueblos a una conspiración general, producen el efecto que apetece, y a pro– porcion son las ventajas que consigue. Con él se reveló la provincia de Chumbivilcas contra su Co– rregidor, Don José Campino, a quien intentaron prender sus mismos provincianos, para entregarlo al Rebelde, y apenas pudo librar la vida por la fuga, y se dice paso a refugiarse a Cailloma, dejando el campo a la discreción del traidor. Con ellos tiene ya las provincias de Tinta, Quispicanchi, y mucha parte de la de Paucartambo. Por instantes se engrosa su faccion; los indios y mestizos aban– donan sus pueblos por seguirlo, de que todos los días me vienen cir– cunstanciadas relaciones de los Curas, con otros sucesos tristes que se experimentan, las que paso a la Junta de Guerra, para que, sur– tida de todas las especies importantes, movimientos y designios del Rebelde, tome las providencias que convengan.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx