La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

30 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚP AC AMARU 12. 1774-XII-12. RELACION DE LOS MERITOS Y SERVICIOS DEL R. DR. D. JUAN MANUEL DE MOSCOSO Y PERALTA, OBISPO DE LA IGLESIA CATEDRAL DE TUCUMAN. Por otra Relacion formada por el Señor D. Francisco Eduardo Paniagua, del Consejo de S. M. su Secretario, y Oficial Mayor de esta Secretaría en veinte de agosto de mil setecientos setenta, cons– ta que es natural de la Ciudad de Arequipa, y hijo legítimo de D. Manuel Joseph de Moscoso y Cegarra, y de Doña Antonia de Peral– ta y Arancivia; Que fue Colegial en el Real de S. Martin de Lima, en donde habiendo estudiado Artes, y Theología con aprobacion de los Maestros, y Examinadores en todas las funciones, asi públicas, co– mo secretas que previenen sus Constituciones, se le nombró por Di– rector, y Pasante de otros Discípulos, a quienes instruyó con toda aplicación , y aprovechamiento. Que se graduó de Bachiller en Theología por la Universidad de S. Marcos de la misma Ciudad de Lima en cinco de Abril de mil sete– cientos quarenta y seis; y no teniendo medios para costear los creci– dos gastos del grado de Doctor en la propia Universidad, pasó al Cuz– co, y le recibió en la de aquel Colegio de S. Bernardo, habiendo prece– dido los exercicios, y requisitos acostumbrados. Que fue Alferes Real de la Expresada Ciudad de Arequipa, Y como tal juró al Rey nuestro Señor D. Fernando Sexto (que esté en gloria); y habiendose inclinado despues al estado Eclesiastico, Y hecho Oposición al Curato de la Villa de Moquegua de la misma Dio– cesis de Arequipa, propuestole en primer lugar el Cabildo Sede va– cante, y presentádole el Virrey del Perú, como Vice-Patrono Real, se le dio la correspondiente colacion, y canónica institucion y en su virtud le sirvió mas de siete años, con una aplicacion, y exemplo muy notable asi en instruir a sus Feligreses en las buenas costum– bres, y preceptos Evangélicos, y en atender al culto divino, y ador– no de su Parroquia, costeando para ella varias alhajas, vasos sagra– dos, y buenas campanas, que no habia tenido desde su fundacion, como en haber totalmente extinguido las muchas discordias, Y di– senciones que quando fue a servir aquel Curato había entre el cre– cido vecindario de Españoles, de que se compone; logrando con su prudente sagacidad, y buena conducta conciliar y concordar los áni-

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