La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión
318 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU colorir su reprobada conducta por esos Prebendados, cuyas prome– sas de firmeza protestadas solo de palabra, en los principios de nues– tras fatigas, han hecho ver la bajeza de sus corazones que los han desmentido con oprobio de la Nacion y de la Iglesia, que en esta Diocesis ha llorado la calamidad del Reino, manteniendo hasta el día desenvainada la espada, para sostener la Religion y los dere– chos de su Catolico Rey. Seria inutil encargar a Vuestra Señoría Ilustrísima la repren– sion severa que merecen los desertores, principalmente Don Jose An– dia, a quien se le agrega la responsabilidad que tiene como Oficial Real de esta Caja, que ha desamparado cuando debía custodiarla con mayor conato, y hallarse presente a la distribución y salida del Real Tesoro, estando a la mira de las entradas, según lo permita el tiempo. El parece que ya ha pretestado algunas diferencias con la Jun– ta de Guerra, y sentimientos que ha figurado, como me apunto un eclesiastico de caracter, paisano suyo, condoliendose de unos pade– cimientos supuestos, y que no debían terminar en una fuga tan rui– dosa, causadora de tan malas resultas, en un tiempo en que todos deben ceder sus particulares quejas tratando de unirse para la de– fensa comun. Estas alteraciones impertinentes y perjudiciales han sido frecuen– tes en la Junta, cuyos dictamenes, en la mayor parte diferentes, po– co han producido de utilidad al estrecho en que nos hallamos, con indigencia de ordenes convenientes, y no de competencias y dis– posiciones varias, que tampoco se ejecutan por una inaccion total, que me puso en terminas de trascender mi profesion, y dar movi– miento a las diligencias que eran necesarias, y se han practicado ya, desvelandome yo para los influjos y oficios que esfuerzo con mi mis– ma presencia. Ni debíamos esperar acierto alguno del sumo disgre– ño con que esta Asamblea de hombres sin seso han procedido y pro– ceden, perdiendo todo el tiempo que se pudo haber aprovechado, con las intestinas desavenencias, emulaciones y etiquetas, en que no se ha incluido Don José Lagos, quien fal tándole ya la paciencia, se se– paro y fue necesario mi empeño y un oficio verbal que mande al Corregidor para que volviese a incorporarse. Lo que pide igualmente remedio, y entre tanto que Su Excelen– cia autoriza un sujeto de su satisfaccion, juzgo necesario se dé toda facultad, con independencia de la que se nombra Junta, a Don Ma– nuel Villalta; pues en medio de la triste situacion en que se halla– ba la Ciudad, hoy logra este moribundo la unica vitalidad, con
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