La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE ·TúPAC AMARU 327 sus Corregidores, manifestando su lealtad al Soberano y amor al Real servicio; y esperan reunir sus fuerzas en el lugar que se les desig... ne por esta Real Junta de Guerra, con las demas prevenciones de atacar, u observar que se les dieren; pero como todos los caminos se hallan llenos de emboscadas y se interceptan las cartas de corres– pondencia, hay mucha dificultad en comunicarlas, y se ha tomado el arbitrio de despachar un clérigo que las conduzca el mismo, por cuyo medio se participaron por el Cura de Ayaviri, y por el Corre– gidor de Carabaya. Los del asiento y provincia de Cailloma, juntos con los vecinos de los pueblos de Coporaque, Yauri y Pichigua de la misma provin– cia de Tinta, que se mantienen firmes y resistían los proyectos del Traidor, también esperaban su acometimiento a defenderse con es– fuerzo. El Corregidor Don Maximino Echalas de la de Cotabambas en– tro en esta ciudad con doscientos hombres sin armas, habiendo sa– cado de su provincia sobre quinientos, de que desertaron los más., porque ya está movido aquel territorio. Don Antonio de Villalba de la de Andahuaylas ha marchado a ésta con mil poco menos, de los que se han adelantado quinientos, y se dice traer algunos pocos per– trechos conseguidos en su provincia y ciudad de Huamanga. Estos refuerzos serian utiles, si tuviesemos armas para todos; pero como, independiente de la ninguna disciplina militar de estos paisanos, no las tienen, nada nos consuela su presencia, fuera de la poca satisfaccion que ofrece una gente que toda la mas pende y vi– ve de los indios, a quienes debemos considerar enemigos. Insisto por todo esto en que venga el auxilio pedido a Vuecelencia en el nume– ro insinuado, o el que parezca mas oportuno a una expugnacion, de que pende la subsistencia del Reino; que esa gente perita y vetera– na importa mas que todos los que aquí parecen soldados. No puedo dejar de informar a Vuecelencia del mérito de los que se han señalado con el recomendable carácter de honor que alien– ta sus operaciones; entre otros que me ha debido este concepto, y he insinuado a Vuecelencia en mis antecedentes, uno es el caballe– ro Don Matías Ballén, encargado por la Junta de levantar trinche– ras, y hacer otros trabajos esenciales al uso de la artillería, y a la oposición del enemigo, en que se le ha visto constantemente, ven– ciendo las graves dificultades que han ocurrido con su prudencia y aplicacion continua, por lo que se hace acreedor a que por Vuece– lencia se le den las gracias.

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