La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión
DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 335 mando aumento cada día generalmente a pesar de las providencias justas y arregladas del Superior Gobierno, y Real Audiencia, que en la práctica ha hecho ilusorias muchas veces la distancia de las Provincias, y su constitución, y la difícil averiguación en particular de los excesos de sus Corregidores, que a estímulos de sus deseos de ganancias toman todos los medios de lograrlas a costa del sudor y sangre de los miserables indios, eludiendo las resoluciones de jus– ticia con la opresión de los querellosos, y otros arbitrios, sin que esto llegue a noticia de los tribunales, en oportuno tiempo, para re– mediarlo con el más severo escarmiento de sus autores". "Y considerando que el mismo plan de la permisión de estos ·repartimientos, es en la ejecución inexpedible sin incurrir casi ne– ·cesariamente en el abuso, empezando éste por el repartimiento in– voluntario, sin que haya modo de conseguir, que sólo distribuyan · a los Indios los efectos que piden y necesitan, continuando en el ex– ceso de su cantidad, calidad y precio, y terminando en los horrores de su exacción, que todo resulta de ser cada Corregidor juez y par– te, de los contratos y comercios, que revestido de toda su autoridad celebra con sus súbditos infelices, y lleva a ejecución, a su anto– jo, con las armas de la justicia; y después de muchas y profundas reflexiones sobre ser moralmente imposible o sumamente difícil, como lo tiene acreditado la experiencia de que en semejantes con– tratos se logre y verifique la plena libertad y consentimiento del súbdito miserable, ni el método reglado, y conforme a las leyes, de cobrarle lo que debe, según y como pueda satisfacerlo; de que forzo– samente resultan todos los gravísimos daños, coacciones, en el re– partimiento, violencias y crueldades, en la exacción; y para decirlo de una vez, la ruina y exterminio de los Indios que se ve caminar a grandes pasos, todo en ofensa de la Religión, en atroz injuria y da– ño de esta pobre gente tan recomendada por el Rey, y por sí misma en despoblación de las Provincias, en atraso muy considerable del Real Fisco y del bien común de ambos Reinos, en desagrado el más doloroso de nuestro Soberano como se debe creer de su justicia y piedad; y todo en beneficio y utilidad sola y únicamente de los mis– mos Corregidores, que de este modo sacan tan crecidos caudales en el corto tiempo de su Gobierno con escándalo del Mundo, y acaso sin ejemplo en las historias". "Y debiendo atribuirse en gran parte la general conmoción de tantas Provincias, que se hallan inquietas, y sublevadas a esta cau– sa, que como uno de sus funestos efectos ha producido el despecho y desesperación de los ánimos; convinieron unánimes dichos Seño-
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