La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 351 Don Gabriel de Ugarte de la Estancia de Hayune que está en términos de esta dicha Doctrina, a quienes los despacho presos con buena guar– dia y custodia para que Vuestra Merced justique en justicia lo que fuere de su arbitrio. De la parte del Cuzco no se sabe cosa individual, sólo sí se sabe que está alistando soldados Don Pedro Concha, desde Urcos en ade– lante. La respuesta de Ocongate no ha llegado, y a la hora que llegase la despacharé. Por lo que mira a la entradura de este pueblo están cortadas las entradas, y puestos los centinelas, así de mozos como de indios en am– bas bandas, con todo empeño; así mismo estamos esperando órdenes de Vuestra Merced para practicarlas con la prontitud acostumbrada. Interín quedamos rogando a Dios Nuestro Señor guarde la vida de Vuestra Merced por muchos años.-Quiquijana y Diciembre 13 de 1780.-Besa la mano de Vuestra Merced su más rendido servidor.– Marcos Reynoso Yáñez.-Juan de Dios de la Borda. De Catea acaba de llegar un indio con noticia de que está ésta con gente de guarda en todo el pueblo; sólo se dice que en Guambutio hay doscientos soldados, no sé con qué fin. Mi Señora Doña Micaela Bastidas.-Mi muy venerada Señora mía.-Recibí la carta de Vuestra Merced a las once de la noche, y pa$amos a Capana y a Catcca y a otras estancias como me ordena Vuestra Merced, y mañana pasará la dicha carta a Marcamarca; y los indios de Capana y Ucungate se quedan todavía aquí, hasta saber de los soldados de Paucartambo que salieron 17 soldados a prender unos indios, que la mujer de Agustín Villavicencio ocasionó; así me han dicho todos los de Capana, y pueden salir según están éstos de Capana muy alborotados. En orden a los 200 cestos de coca, mañana pasaré a embargar a Lauramarca; y a Dios, quien me la guarde muchos años.-Capana 13 de Diciembre de 1780.-De mi Señora su seguro servidor.-Diego Bisa A pasa. Mi Señora Doña Micaela Bastidas.-Muy Señora mía y de todo mi respeto.-La orden de Vuestra Merced se ejecutó en ir a Guatua con toda mi gente y no ha habido ninguna novedad; porque los cen– tinelas no se mueven de sus lugares, y varios que vienen del Cuzco, todos los días, dicen que los cuzqueños no piensan salir; ni los de

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