La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión
DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚP AC AMARU 109. 1780-XII-21. 365 "Excelentisimo Señor.-Muy Señor mio.-En la de seis del que corre se sirve Vuecelencia contestarme a las de diez y siete y vein– te y uno del pasado, dirigidas a exponer a su atencion el lamentable estado en que se hallaba este vecindario y sus provincias comarca– nas, por la tiranica opresion del rebelde Tupac Amaro; en la citada no solamente recibo el honor que Vuecelencia me hace en el con– cepto de mi celo por la Religion, amor al Rey y deseo de la quietud publica, sino el consuelo del nuevo socorro de tropas, que ha deter– minado Vuecelencia en la Junta Extraordinaria que para ello se for– mó, y que se conducen por los Señores Visitador e Inspector Gene– ral en union del Señor Oidor, que les acompaña. No hay duda que con esta plausible noticia y oportuno auxilio ha respirado este cons– ternado pueblo en medio de las aflicciones que por todas partes le cercan. Duran las angustias, porque no descansan las operaciones del Ti– rano; pero ensancha el animo la prontitud de los auxilios, y el co– nocimiento de la cordura, prudencia y pericia militar de que se ador– nan los recomendables sujetos, a quienes ha confiado Vuecelencia la expedicion. Prométome el mas feliz exito, y bajo de esta esperan– za confio el restablecimiento de esta parte principal del Reino, que a toda prisa subvierte aquel Traidor como lo anuncian los sucesos pasados y siguientes. Ya expuse a Vuecelencia en el anterior Correo, con los respec– tivos documentos en testimonio, todo lo acaecido hasta entonces, Des– de aquella fecha no han cesado las zozobras, porque nos ha tenido en continuo movimiento y fatiga la cavilacion del sublevado. Este, despues de los atentados cometidos en la capital de la pro– vincia de Chumbivilcas, doctrinas de Coporaque, Yauri y Pichigua de la de Tinta que ya ha sujetado a su dominacion, se dirigio a los terminas de la provincia de Lampa, fijando sus tropas hacia la Ra– ya de Vilcanota, transito regular a las provincias de arriba y gar– ganta de todo el Reino. No se ha podido saber, por repetidas dili– gencias que se han hecho, lo que se haya obrado en este sitio, ni por los nuestros, ni por el Rebelde, no obstante las precauciones que se hacian por los de Lampa, Azangaro y Carabaya; porque todos los pa– sos, caminos y veredas se han cogido de tal suerte que no hay me– dio para internarse una carta ni expreso, tanto de aquella parte co-
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