La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

372 DOCUMENTOS DE LA R EBELIÓN DE TÚPAC AMARU ro la que existía en numero llegaría a mas de seiscientos indios, se hallo igualmen te empeñ ada en la sedicion, y salió derrotada por los cerros inmediatos, habiendo quedado en el campo algunos muertos, de cuyas cabezas trajeron algunas , con las que montadas en picas han solemnizado el triunfo con v it or es por la plaza y calles, ceremo– ia que se h a j uzgado muy oport una para dejar advertida a la ple– be, y corregir de algun modo la mala disposicion, en que podía es– tar para implicarse en primera ocasion en algun movimiento do– m estico . No hay duda que la vict oria no ha sido completa, así por lo que llevo dicho de n o haberse disipado la principal conjuración de Tu– pac Amaro, como por ser dificil la derrota instantanea de numero más consider able de indios; porque estos, principalmente, cuando se hallan sin cabeza como ha sucedido en estas cortas refriegas, rara vez sostienen el ataque en cuer po const ante. Embisten tumultuaria– mente, y a la primera perdida se esparcen por las montañas, para volverse a juntar del mismo modo que el cumulo de moscas espan– tadas de un plato de dulce. Los soldados que r egresaron con la tal cual gloria que han re– portado, se muestran mas alentados excit ando a emulación a los de– mas; y cuando me ven pasar por la calle se me presentan diciendo a voces que son del gremio que fue a combatir; y me piden los ben– diga, lo que practico con benevolencia halagandolos y esforzado– los, considerando que esto vale mucho para una pobre gente, que no se ha criado ep. el estrépito de las armas. Por otra parte todo este vulgo se halla embar azado con las acla– maciones publicas de la victoria, y lleno de t emor a vista de las ca– bezas colgadas, espectáculo muy útil para con tener la osadía de la plebe y para precaver el contagio. Tambien nos hemos confirmado en la sospecha que se tenía contra los caciques de l as Parroquias sub– urbanas; era natural que llegasen a esto los papelones de convocato– rias que Tupac Amaro ha repartido a todos los pueblos, de que tene– mos pruebas, por los que han llegado a nuest ras manos, descubiertos a diligencias de los Curas, que tengo prevenidos para éste y otros efec– tos convenientes a nuestra defensa; y no habien do manifestado al– guno, estos indios principales, se deben repu t ar por inquinados Y consentidores, crimen ya que se acredita con la que incluyo a Vues– tra Señoría Ilustrisimo del Cura de San Sebastian una de las parro– quias, en cuyo contexto se demuestra el interes de aquel Cacique en la próxima conspir acion ; el mismo tendran los ot ros, y asi lo tengo advertido a la J un t a , aun antes de los signos que hemos visto.

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