La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión
DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 381 del rebelde José Túpac Amaru; le hacía presente en ambas ocasiones los inconvenientes que traía la resolución de encaminarse con la tropa de socorro por la vía de Arequipa, con el rodeo de este camino, los escollos que hay que superar, enemigos que convertir en el me– dio, abriéndose el paso con las armas, y la instantánea necesidad de pronto auxilio que tiene esta Ciudad, cuyo objeto ha sido el de las atenciones todas de Vuestra Señoría Ilustrísima, pero que nada de esto podrá preponderar a las causas que se habrán considerado pre– feribles para abrazar aquella ruta; pues ya sabemos que dos mil y más de nuestra tropa, iban enbarcados a tomar puerto en Arata y en otro de los intermedios; y que la retirada vergonzosa que han hecho los Corregidores de Lampa, Azángaro y Carabaya, con sus tro– pas provincianas, parece estrechan a que Vuestra Señoría Ilustrísi– ma continúe aquella idea, para rehacerlas y unirlas a las demás, al mismo tiempo que se agregan las de Arequipa, Moquegua, Camaná y otras de la Costa. He creído bajo de este concepto dirigir a Vuestra Señoría Ilus– trísima estas mis letras para expresarle que la sorpresa sigue, y en el día con alguna más fuerza, pues no teniendo el Insurgente cosa alguna que temer a las espaldas, y antes viendo que sola su presen– cia fué bastante para sujetar a su dominación los pueblos del Collao, después de ejercitar en ellos el saco y robo de cuanto encontró, se condujo aquella gente con la que engrosado mucho sus fuerzas; nada más le resta que ejecutar el designio de acometer esta Ciudad, y a este fin son todos los preparativos; las tropas de gente enemiga dis– curren por todas las partes de esta circunferencia, y se van aproxi– mando demasiado; no hay momento alguno de sosiego, y la sorpresa se teme por instan tes, a causa de haber penetrado los Rebeldes hasta la quebrada que llaman de Oropesa, y a esta población grande, que está a distancia de cuatro leguas, han incendiado, después de haber pasado hostilizando las de Urcos y Andahuaylillas, cuyos habitado– res que se mantenían fieles a la Corona, abandonando sus posesiones, se retiraron a San Gerónimo y San Sebastián, parroquias suburbias de esta Ciudad. En el día se acaba de destacar un cuerpo de tropa, al mando del Comandante Don Joaquín Valcárcel, para salirles al paso, y batirlos en los sitios en que los encuentre; la providencia es urgente, pues de otra suerte era indispensable creciera el orgullo y la osadía contra– ria, con los insanables perjuicios de las hostilidades; y por otra parte en el recinto de la Ciudad acuarteladas nuestras tropas, nada podrían operar, dejando ganar terreno al enemigo. Me prometo feliz éxito
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