La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

62 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚP AC AMARU condió la mano, porque como le acusaba la conciencia, y era género de contrabando esa falsa Real Cédula, no hizo más que citarla en los recursos que hizo a este Superior Gobierno como va referido; y así los Señores Fiscales, a quienes se les dió vista, sólo pidieron que se le guardasen los privilegios, que se les hubiesen concedido a sus ma– yores, adquiriendo el informe del Corregidor del Cuzco, que como no era letrado, no pudo advertir las calidades que debe tener un ins– trumento para hacer fe. No es creíble, pues, que ese Don Juan Tito Túpac Amaro, ese Don Blas y ese Don Lucas que son los ascendientes que se adjudica Doña Manuela, dejaran de ostentar estos privilegios, y de manifes– tar este Real Rescripto para que se obedeciese, para que se hiciese guardar y cumplir, para que se les hiciese merced de tierras como a descendientes del Inca, para calificar su ilustre cuna y conservar– la con notoriedad, o a lo menos para que los hermanos de Doña Ma– nuela no fuesen tributarios, como lo fueron, y se manifiesta del au– to del Corregidor Balvín, en que los declara por nobles descendien– tes del Inca; todo ésto es repugnante, incompatible e inverosímil con dicha Real Cédula; luego ella es falsa. De otra suerte se hubiera hecho pública, como se hizo desde su principio y desde su origen la de Don Alonso Tito Atauchi, tanto que pudo llegar a las manos de Doña Manuela, para que la acomo- .dase a un ente ficto, a un Don Juan Tito Túpac Amaro, que no exis– tió jamás. Aún permitido y no concedido, que hubiese habido ese Don Juan Tito Túpac Amaro, ¿dónde está calificado que Doña Ma– nuela, madre de Don Diego Betancur, sea descendiente de ese Don Juan Tito Túpac Amaro? ¿Consta en ese cúmulo de instrumentos, que ha presentado el apoderado y protector, Don José Vicente, que Doña Manuela sea descendiente de Don Juan Tito? De ninguna ma– nera; porque aún en la falsa información que dió el año de (mil) seiscientos ochenta y tres, no pudieron pasar los testigos del atolla– dero de Don Blas Túpac Amaro, pues siendo éste hijo de Don Diego Felipe Condorcanque y de la Coya Doña Juana Pilcohuaco, no lo pudieron hacer de ese Don Juan Tito Túpac Amaro, que ni conocie– ron ni pudieron conocer. Con que aún en esta hipótesis, ni Doña Ma– nuela ni su hijo Don Diego han probado ser descendientes de dicho Don Juan Tito Túpac Amaro. Por cualquier parte que se toque dicha Real Cédula, respira fal– sedad. Ya se ha dicho que la Real Cédula expedida a favor de Tito Atauchi, conviene en todo con la de Tito Túpac Amaro, menos en el nombre. ¿Es .Posible que estos dos pretendientes c_oncurrieron a un

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