La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

66 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU Alonso Tito Atauchi en el de Don Juan Tito Túpac Amaro. Tan cier– to es ésto que el mismo testimonio a más de la igualdad que con– cuerda con la Real Cédula librada a favor de Don Alonso Tito Ata– uchi, como se ha referido, hace saltar él mismo la falsedad. Notará Vuestra Alteza que la Real Cédula habla con Don Juan Tito Túpac Amaro, hijo de Don Felipe Túpac Amaro; tres veces lo nombra, pero a la cuarta prosigue en estos términos: "que vos guar– den y hagan guardar y cumplir a vos Don Alonso Tito Atauchi, Inga, y a los dichos vuestros hijos e hijas, etcétera". Si la Real Céqula se dirige a Don Juan Tito Túpac Amaro y a sus hijos, si con él habla y repite su nombre tres veces ¿por qué a la cuarta ya se termina a Don Alonso Tito Atauchi y manda que a éste se le guarden todos los privilegios en dicha Real Cédula con– tenidos? Este es un renuncio conocido, y es un habérseles ido la mano al tiempo de copiar la verdadera Real Cédula de dicho Don Alonso Tito Atauchi, por que Dios permite accidentes, para que no prevalezca la falsedad; luego este testimonio de dicha Real Cédula es falso, falsa su encapitación, falsa la existencia y falso todo lo que, en virtud de ella, han obrado Doña Manuela, Don Diego Bentancur y Don José Vicente su apoderado y protector; porque hacer la fal– sedad o usar de ella importa lo mismo, para lo que es la punición de este atroz, gravísimo delito. Don. José Vicente en su escrito de fojas ... que en su desorden se conoce, muy bien, que es obra suya, gana por .la mano; y soltándo– me un improperio indigno de mi reputación y de mi procedimien– to, produce una excepción que aún no se le ha pedido, porque le acusa la conciencia. Dice que yo en las pulperías, con Barre~a que supone mi mozo, he dicho el defecto de la expresada Real Ce– dula, en que a su final habla con Don Alonso Tito Atauchi, Inga. No me . probará que yo haya entrado una sola vez en pulpería nin– guna; porque los vínculos del honor de mis mayores, que circulan en mis venas, envueltos en su propia real sangre, me enseñan bien la estimación y aprecio que me debo dar. Dice, pues, que es un equívoco insustancial y de poco momen– to, que a todo escribiente sucede. Cosa insustancial y de poco mo– mento le parece a Don José Vicente, falsear un Real rescripto, fin– gir un Don Juan Tito Túpac Amaro, fingirlo hijo de Don Felipe Túpac Amaru, fingir a Don Diego Betancur su descendiente y, en fin, engañar y faltar al respeto a los· Tribunales con esta execrable falsedad. La excepción de Don José Vicente, sí se puede decir insus·

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