La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 67 tancial, pueril y de poco mom~nto, porque aunque todo escribiente se equivoca, poniendo una palabra por otra; pero esto sucede en las voces y en los nombres que le son conocidos, y de que trata el mismo instrumento que maneja; pero que hablando .de Don Juan Tito Túpac Amaro, de que reza el instrumento, se le venga a la plu– ma Don Alonso Tito Atauchi, un Inca que le era desconocido, y que existió ahora más de dos siglos, y a quien no conocía, es equívoco, que sólo la serenidad de Don José Vicente lo puede llamar insus– tancial. Si los cargos y los convencimientos de falsedad quedaran di– sueltos con satisfacciones de esta naturaleza, ya los falsarios habrían adquirido un libre pasaporte para quedar impunidos, y pudieran ser muchos los que con la Real Cédula de Don Alonso Tito Atauchi, hi– ciesen el mismo prodigio que ha hecho Betancur, con sólo el traba– jo de copiar la Cédula, y subrogar un nombre ideal en lugar de otro. La falsedad es un crimen gravísimo, es perjudicial, y como de difícil probanza, las presunciones y los indicios la arguyen y la califican. Así cualquier vicio que se note en el Instrumento, falta de estilo y de verosimilitud, lo hace presumir falso y no vale la respuesta pue– ril de que es equívoco . Son muchas las circunstancias que concurren para que se ten– ga por falso ese Real Rescripto, y para que no se repute equívoca la expresión de Don Alonso Tito Atauchi, sino indicio y manifesta– ción de su falsedad. No se equivocan los amanuenses con tanta eru– dicción, que en lugar de Don Juan Tito Túpac Amaro, que era el de que se trataba, pusiese a Don Alonso Tito Atauchi, cabalmente el mismo a favor de quien se expidió la verdadera Real Cédula de primero de Octubre de mil quinientos cuarenta y cuatro, copiadas y encapitada con la misma fecha, tenor y contexto en Don Juan Tito Túpac Amaro. Si éste pasara por equívoco insustancial, habría lo– grado Don José Vicente cerrar las puertas a los arbitrios que el De– recho y las Doctrinas facilitan para el descubrimiento de las false– dades y escarmiento de los falsarios. Esto no puede ser, ni tampoco pudo el amanuense equivocarse en punto tan sustancial, porque sino es imposible, es muy invero– símil que copiando un Instrumento que hablaba de Don Juan Tito Túpac Amaro, subrogase en su lugar a Don Alonso Tito Atauchi; luego la falsedad respira y atosiga su pestífero mal olor, y más cuan-– do el contrario funda la verosimilitud del fraude el mismo concurso de circunstancias en una Real Cédula verdaderamente librada en todo su tenor y contexto a, favor de dicho Don Alonso Tito Atauchi.

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