La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA R EBELI ÓN DE TÚPAC AMARU 717 P reguntósela, de dónde tenía su mar ido plat a, oro y alhajas; y dice : que era sólo de lo que cogieron a Arriega, y alguna otra cosa que traían los indios. Preguntósela, si los indios traían a su m arido plata u oro, como tributo; y dice: que si le traían, pero no como t ribu t o. Preguntósela, qué efectos, oro, plata y alh ajas ten ía, cuando la prendieron; si ella dió algunas; dice : tenía tres pares de zarcillos, once sortijas, hebillas de oro, gargantilla de oro, cua tro tejidos de oro, unos ataditos de oro en polvo, y que ésto lo t enía, parte de lo que compraba a los indios, y parte de lo que éstos la traían; seis– cientos pesos en plata sellada, cuatro cajas de oro, mucha plata la– brada, alguna ropa de Castilla y de la tierra, todo lo que cogieron los de Langui, y que los hombres de muchos se los dió al Señor Ins– pector; que el Yaya (el Cura) de Langui le pidió un a petaca de plata, y se la dió; y sabe que un tal Landaeta repartió de lo que cogió, y su mujer llevó alguna ropa. Preguntósela, si algún indio del Cuzco no iba a llevarles noti– cómo no sabe, cuando consta que un indio P edro Sotelo iba y venía cias de lo que pasaba en el Cuzco; y dice: n o sabe. Repreguntósela, continuamente a su casa; dice : ni lo conoce. Preguntósela, si no sabe que algún eclesiástico le auxiliase a su marido; dice: no sabe. Repreguntósela, cómo dice no sabe, cuan do resulta de estos autos que el cura Maruri, por declaración de su ma– rido, le enviaba gente; y dice: que no sabe cosa alguna. Manifestósela un lienzo en que está retratado su marido, a ca– ballo, con insignias reales, para que diga quién lo pintó, quién dió este pensamiento, con qué fin lo retrataron; y dice: ser cierto el re– trato de su marido, con las insignias reales, que lo pintó un zambo Antonio (Oblitas?), que se hallaba preso, a quien se lo mandó pin– tar su marido; diciendo que por si lo mataban, quedaría este retrato para memoria de los Túpac Amaro; que el pensamiento f ué de su marido, y que el fin era para que lo viesen en las provincias, y des– pués enviarlo a España. Preguntósela, si todos los parientes de él y de ella estaban li– gados, para defender esta empresa, con juramento o de otro modo; y dice: estaban todos unidos a ayudarse, p ero no sabe si con jura– mento. Hiciéronsela otras preguntas y repreguntas ; y dijo: no sabe otra cosa, y que esta es la verdad, so cargo del juramento que tiene fe-

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