La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

736 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU (SENTENCIA).- En la cuasa criminal que ante mí pende, y se ha seguido de oficio de la Real Justicia contra Micaela Bas– tidas, mujer del vil traidor José Gabriel Túpac Amaro, por compli– cidad en la Rebelión premeditada y ejecutada por él, auxilián– dole en cuanto ha podido, dando las órdenes más rigorosas y fuertes, para juntar gente, con destino de enviarla a éste y a sus demás capitanes que sostenían sus viles ideas, invadiendo las provincias para sujetarlas a su obediencia, condenando al últi– mo suplicio al que no obedecía las órdenes suyas o de su marido, siendo causa de muchas muertes, de las que se gloriaba cuando tenía noticia, cuya alegría demostraba públicamente, siempre que le venía aviso de alguna acción favorable; esforzando y animando a los indios, dando bastones de Coroneles a los que creía más adic– tos; hablando con horror de los españoles, y con expresiones que im– primiesen mayor odio a los naturales, ofreciéndoles que sólo paga– rían tributo pero no otro derecho alguno, gozando de la propia liber– tad que gozaban en tiempo de su idolatría, profiriendo en sus con– versaciones palabras que denotaban que aspira a reinar; haciéndose por este motivo obedecer con más rigor que su marido, despreciando las sagradas armas (excomuniones) de la Iglesia, quitándolas de las puertas de ella donde las veía fijadas; y sustituyendo en su lugar edictos suyos; publicando bandos, dando comisiones, nombrando quienes se hicieran cargo de la administración de sacramentos, man– dando cerrar las iglesias cuando le parecía; dando pases para que sus soldados no impidiesen a los de su facción; escribiendo cartas a fin de publicar los felices sucesos de su marido, encaminados como se explicaba escandalosamente, a librar el Reino de los tantos pechos y cargas; pidiendo le enviasen gente, con ·pena de la vida al inobediente. Observando los términos del Derecho, haciendo de Acusador F iscal el Doctor don Pablo de Figueroa, y de Defensor Don Gre– gario Murillo, ambos abogados de la Real Audiencia de Lima, vis– tos los autos y lo que de ellos resulta: Fallo, atento al mérito de ellos y por los crímenes que se hallan comprobados , que debo de condenar y condeno a Micaela Bastidas en pena de muerte (28); y la justicia que le mando ha– cer es qu e sea sacada de este cuartel, donde se halla presa, arras:. trada con una soga de e sparto al cuello, atados pies y manos, con voz de pregonero que publique su delito, siendo llevada en esta forma al lugar del suplicio, donde se halla un tabladillo, en que por su sexo y consultando la decencia, se la sentará y ajustará al, garrote, cortándoS'ela a llí la lengua, e inmediatamente se la ha-

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