La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

738 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU de persiana, un volante de luto; que dichas petacas son de Martina Fuentes, vecina de esta Ciudad, y la que declara se las entregó a dicha india para que las guardase, interín venía por ellas su dueño. Que en Tinta tenía la declarante unos retazos de paño y persiana que eran de una herencia de Ollapata; que debe a Mariana Fuentes veinte marcos de chafalonía, y que una casa que dicha Fuentes te– nía en Tungasuca, se la tomó la declarante sin muebles; que Doña Antonia Escobedo, vecina de Tinta, la prestó cuatro varas de fondo negro, las que entregó la declarante a un sastre, cuyo nombre y ape– llido ignora; que en la casa de Cabildo de Tinta había alguna ropa de la que traían los indios y se guardaba allí, como también bas– tante plata labrada, que todo lo entregó al Inspector (General José del Valle). Que es lo que tiene que decir y la verdad del juramento fecho, en que se afirmó y ratificó; dijo ser de edad de más de veinte y cin– co años; no lo firmo por no saber, firmólo Su Señoría, de que certifi– co.-(Rúbrica de Mata Linares).- Manuel Espinarete López. José de Palacios, Escribano del Rey, Nuestro Señor, y Público del número de esta ciudad de Cuzco, doy fe y verdadero testimonio, cómo el día de hoy se ha ejecutado en la persona de Micaela Bas– tidas, mujer del vil traidor José Gabriel Túpac Amaro, la sentencia que antecede, de fecha 15 del corriente, en la forma siguiente: Hallándose la Plaza Mayor de esta Ciudad respetable con la guar– nición de la tropas de infantería y caballería; y presentes las justi– cias y varias personas de distinción, fué sacada en hora regular de la mañana la dicha Micaela Bastidas del Cuartel donde se hallaba presa, con su hábito de la Misericordia y una soga de esparto al cue– llo, atados los pies y manos, y con el pregón acostumbrado se la lle– vó en esta forma arrastrada al lugar del suplicio, donde se le hizo sentar en un tabladillo, y se le ajustó el instrumento del garrote; cortósela la lengua, y después de muerta con dicho instrumento, fué colgada en la horca, practicándose todo por manos de verdugos. Por la tarde del mismo día fué descuartizado su cuerpo al pie del suplicio; su cabeza (se puso) en Callanca, entrada común de la Ciu– dad y principio del Cerro de Piccho, un brazo se destinó a Tunga– suca, otro a Arequipa, y una de las piernas a Carabaya, y lo restan– te del cuerpo se condujo al propio cerro de Piccho.

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